La paradoja de los códigos

Todos los años, la temporada de premios trae consigo el estreno de películas que recrean distintos pasajes de la Segunda Guerra Mundial. Esa receta, cuando tiene los ingredientes correctos, siempre es del gusto de la Academia. Este año Corazones de hierro (Fury) no logró ninguna nominación e Inquebrantable (Unbroken) logró apenas tres candidaturas en categorías técnicas. La que dio en el blanco fue El código enigma (The Imitation Game), nominada a 8 Oscars, incluyendo mejor película.

El código enigma narra tres etapas de la vida del matemático inglés Alan Turing (Benedict Cumberbatch): sus años de adolescencia en el colegio, el encargo que recibe del gobierno de descifrar los mensajes encriptados de los nazis y, finalmente, la década posterior a la guerra, cuando es detenido por ser homosexual.

La edición alterna acertadamente los tres períodos y muestra cómo conversan entre ellos. Por ejemplo, la dificultad que tiene Turing de adulto para comunicarse de manera normal con los demás se explica por el acoso que sufre de parte de sus compañeros de colegio, hasta que llega Christopher, un amigo que le presenta el mundo de la criptografía. Y esa pasión por los mensajes cifrados determina el devenir de su vida.

La película ha sido acusada de ser muy tibia o superficial en cuanto a la homosexualidad de Turing. No creo que sea el caso. Un hecho inesperado le impide confesar su amor platónico en la adolescencia. Este evento lo marca de por vida y guía su comportamiento hasta la adultez. Incidir en algún romance tortuoso durante los años de la guerra o postguerra, hubiese desviado el foco de la misión que él desempeñó junto a su equipo.

El guion se sirve de manera eficiente de distintos elementos que aportan a crear el suspenso y a volver más intensa la carrera contra el tiempo: fricciones y celos en el equipo, desconfianza de los superiores, etc. Sin embargo, también cae en ciertos lugares comunes, como la aparición de un espía infiltrado en el grupo o la clásica escena en la que un personaje suelta una frase aparentemente trivial y acto seguido, se le prende el foco al héroe porque encontró la solución que tanto buscaba.

Tanto Benedict Cumberbatch como Keira Knightley están formidables y conforman una pareja caracterizada por el respeto y apoyo mutuo, aunque la pasión sea un fin imposible. Cumberbatch neutraliza el carisma que usualmente emana, para configurar un personaje apático, hermético y autosuficiente, que opta por esconderse en su armadura para no resultar herido.

En ese sentido, El código enigma ofrece una paradoja interesante: el hombre que ayudó a ganar la guerra al descifrar los códigos del bando enemigo, nunca obtuvo el reconocimiento en vida por su labor y, por el contrario, perdió la batalla contra un sistema intolerante, que lo juzgó y condenó por no seguir los rígidos códigos de moralidad exigidos en aquella época. Algunas guerras se terminan y otras se continúan peleando hasta hoy.

Título original: The Imitation Game
País y año: Reino Unido, Estados Unidos 2014
Director: Morten Tyldum

Actores: Benedict Cumberbatch, Keira Knightley, Matthew Goode, Charles Dance, Mark Strong, entre otros. 
Calificación: *** 1/2.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Quería resaltar 3 cintas que me gustaron mucho en víspera de la Ceremonia de la Academia, Boyhood, Birdman y Foxcacher,... esta ultima realmente me sorprendió ,a partir de ese tono tan sombrío que luce la cinta y la máscara que luce Steve Carrell permanentemente durante toda la historia,al final se la quita para mostrarse realmente como es ,un personaje complejo como las valencias del ser humano...Creo que estamos ante la consolidación de uno delos directores mas duros del momento,Bennet Miller,.........Por lo demás la suerte esta echada para la Ceremonia........JULIO
Juan Carlos Ugarelli ha dicho que…
Muchas gracias por tu comentario, Julio. Las tres cintas que mencionas son valiosas por diferentes motivos. Steve Carell sorprende en "Foxctacher" con su caracterización de un personaje enigmático que poco a poco revela una personalidad trastornada y egocéntrica.

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