La pena enraizada

Madeinusa fue una doble revelación hace tres años: por un lado, la visión creativa y audacia de la directora Claudia Llosa y por el otro, la honestidad e intensidad de la actriz Magaly Solier. Ahora esta dupla vuelve con La Teta Asustada, cinta que continúa revitalizando el cine peruano y que lo coloca en un nuevo nivel de calidad.

Fausta (Solier) sufre de una rara enfermedad conocida como la “teta asustada”, la cual se hereda a través de la leche materna de mujeres que han sido violadas durante los años de la violencia terrorista. Por ese trauma de la madre, Fausta tiene un miedo terrible a la vida, una desolación que le impide relacionarse con otras personas más allá de su familia. Ante la muerte de su madre, Fausta buscará el dinero suficiente para viajar de Lima a su pueblo y darle sepultura allá.

El tono que Llosa escoge para narrar esta historia no está teñido de fatalismo ni de llanto descontrolado. Es cierto que la historia comienza con mucha tristeza y una confesión desgarradora de la madre, pero el camino de búsqueda y cicatrización de Fausta la va llevando hacia una liberación de su propia alma y de la prisión que ella ha instalado en su cuerpo.

La música se convierte en la catarsis de Fausta. Sus conmovedores y melancólicos cantos en quechua le sirven para distraerse del miedo y la convierten en la inesperada fuente de inspiración de Aída (Susi Sánchez), una pianista de clase alta que es la dueña de la casa donde Fausta trabaja como empleada y que le ofrece regalarle una perla de su collar por cada canción que entone.

Este no es el único trabajo de Fausta, quien también ayuda a sus tíos y primos en el negocio familiar de organizar matrimonios en un pueblo joven de Lima. Los preparativos para la boda de su prima Máxima (María del Pilar Guerrero) ofrecen gruesos pincelazos de humor negro sobre lienzos de colores chillones. La comedia de lo absurdo y los personajes extravagantes que conviven con entornos contrastados de vida y muerte, recuerdan a las mejores películas de Almodóvar, como Todo sobre mi madre.

La mayoría de actores de La Teta Asustada no tienen mucha experiencia ante cámaras, pero Llosa logra que ellos luzcan naturales y convincentes. Magaly Solier está estupenda en la construcción del personaje, desde el cuerpo y la mirada tensos por el miedo, hasta los diferentes códigos de comunicación que utiliza en la relación con sus tíos y demás familiares, con Aída y con el jardinero Noé (Efraín Solís).

La Teta Asustada logró dos reconocimientos muy importantes en el Festival de Berlín 2009: el Oso de Oro a la mejor película y el premio de la crítica internacional. Su recorrido por festivales recién ha empezado, así que podría seguir acaparando premios y hasta convertirse en la primera película peruana nominada al Oscar a mejor película extranjera. Méritos le sobran.

Al margen de los galardones, Claudia Llosa ha logrado una cinta rica en símbolos e imágenes poéticas, como la bella escena final, que representa el florecer de Fausta y su nueva visión ante la vida, libre del miedo y de las raíces que mantuvieron su alma escondida bajo la tierra.

Título original: La Teta Asustada
País y Año: Perú y España, 2009
Director: Claudia Llosa
Actores: Magaly Solier, Susi Sánchez, Efraín Solís, Marino Ballón, María del Pilar Guerrero, entre otros.
Calificación: **** 1/2

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