Baños de Sangre
Dos directores sumamente interesantes como Paul Thomas Anderson y Tim Burton han concebido dos películas brillantes en las que la sangre brota junto con la ira, en que la venganza es un móvil poderoso e imparable y en el que la vehemencia puede llevar a consecuencias catastróficas.
El duelo del fanatismo y la ambición
Paul Thomas Anderson se ha caracterizado por sus propuestas arriesgadas y poco convencionales, lo que le ha valido ser comparado con Stanley Kubrick. Su más reciente film, Petróleo Sangriento (There will be blood) lo llevó a ganar muchos reconocimientos y consiguió nada menos que ocho nominaciones al Oscar, incluyendo mejor película y mejor director. Aunque Magnolia y Punch-Drunk Love son otros títulos importantes en su filmografía, es probable que Petróleo Sangriento sea su cinta más recordada en las próximas décadas y que alcance un verdadero estatus de película de culto. Y muy merecidamente.
Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) llega con su hijo H.W. a California a inicios del S. XX con el objetivo de explotar unos terrenos ricos en petróleo. Sus intenciones de adquirir todas las propiedades aledañas encontrará la oposición de Eli Sunday (Paul Dano), joven pastor de la Iglesia de la Tercera Revelación. Mientras Daniel va construyendo su imperio, no permitirá que nadie más triunfe a su alrededor.
Este personaje tan carismático que convence con su labia de político en campaña a todo el pueblo, va mutando (o más bien, revelando su verdadera personalidad) hasta convertirse en un ser despreciable, egoísta y codicioso. En la relación con su hijo adoptivo y su medio hermano vamos conociendo los límites tan intensos a los que lo llevará su falta de escrúpulos. El clímax de su descomposición llega en la escalofriante escena final en la que el fanatismo religioso y la ambición descontrolada se baten a duelo, exponiendo sus respectivas miserias.
Daniel Day-Lewis es definitivamente uno de los mejores actores del mundo y acá su talento está expuesto al máximo, convirtiendo a Daniel Plainview en un retrato del poder más fascinante y putrefacto. Su actuación, recompensada con un Oscar y muchos otros premios, es uno de los muchos logros de este film, junto con la cuidada fotografía que privilegia los contrastes del color negro brillante del petróleo con los colores cálidos de las construcciones en el desierto. Al final, el título original del film cobra la relevancia de demostrar que donde hay petróleo, siempre habrá sangre.
Título original: There will be blood
País y Año: Estados Unidos, 2007
Director: Paul Thomas Anderson
Actores: Daniel Day-Lewis, Paul Dano, Dillon Freasier, Ciarán Hinds, Kevin J. O'Connor
Calificación: **** 1/2
Freaks entrañables
Debo confesar que Sweeney Todd era mi película más esperada del 2007, no sólo porque Tim Burton es uno de mis directores favoritos, sino porque el material – un sangriento y sombrío musical – parecía hecho a su medida. El resultado no me defraudó en absoluto.
Benjamin Barker (Johnny Depp) regresa después de años a Londres, dispuesto a vengarse de un juez (Alan Rickman) que lo envió a prisión injustamente y le arrebató a su familia. Convertido ahora en el barbero asesino Sweeney Todd, encuentra en la Sra. Lovett (Helena Bonham Carter) a su cómplice ideal para poner en práctica su revancha y recuperar a su hija. La Sra. Lovett se ufana de hacer los peores pasteles de Londres, hasta que encuentra el ingrediente secreto que los vuelve irresistibles: los restos de las víctimas de Sweeney.
Basada en un exitoso musical de Broadway, esta película se distancia de otros musicales tan recientes como Moulin Rouge!, Dreamgirls o Hairspray en que lejos de ser una explosión de color y alegría, es una historia marcada por decorados góticos, canciones nostálgicas y muchas muertes, que pueden servir primero como un entretenimiento absurdo o al final como una conmovedora tragedia. Sweeney Todd se transforma así en un personaje clásico en el fascinante mundo de Burton, uniéndose a El joven manos de tijera, El cadáver de la novia, Willy Wonka y otros en la galería de freaks entrañables.
Johnny Depp y Helena Bonham Carter son dos actores habituales en la filmografía de Burton. A pesar de que no tienen las voces más privilegiadas del mundo, ambos superan la prueba de fuego de cantar y crear personajes convincentes en medio del baño de sangre. Depp fue nominado al Oscar por éste papel, pero se encontró en el camino a Daniel Day-Lewis. Ojalá la Academia hubiera aprovechado de paso la ocasión para reconocer también a Burton, un director que increíblemente jamás ha sido nominado. ¿Llegará el día en que corrijan esa terrible omisión o tendremos que marchar con nuestras navajas afiladas en señal de protesta?
Título original: Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street
País y Año: Estados Unidos, 2007
Director: Tim Burton
Actores: Johnny Depp, Helena Bonham Carter, Alan Rickman, Timothy Spall, Sacha Baron Cohen
Calificación: **** 1/2
El duelo del fanatismo y la ambición
Paul Thomas Anderson se ha caracterizado por sus propuestas arriesgadas y poco convencionales, lo que le ha valido ser comparado con Stanley Kubrick. Su más reciente film, Petróleo Sangriento (There will be blood) lo llevó a ganar muchos reconocimientos y consiguió nada menos que ocho nominaciones al Oscar, incluyendo mejor película y mejor director. Aunque Magnolia y Punch-Drunk Love son otros títulos importantes en su filmografía, es probable que Petróleo Sangriento sea su cinta más recordada en las próximas décadas y que alcance un verdadero estatus de película de culto. Y muy merecidamente.
Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) llega con su hijo H.W. a California a inicios del S. XX con el objetivo de explotar unos terrenos ricos en petróleo. Sus intenciones de adquirir todas las propiedades aledañas encontrará la oposición de Eli Sunday (Paul Dano), joven pastor de la Iglesia de la Tercera Revelación. Mientras Daniel va construyendo su imperio, no permitirá que nadie más triunfe a su alrededor.
Este personaje tan carismático que convence con su labia de político en campaña a todo el pueblo, va mutando (o más bien, revelando su verdadera personalidad) hasta convertirse en un ser despreciable, egoísta y codicioso. En la relación con su hijo adoptivo y su medio hermano vamos conociendo los límites tan intensos a los que lo llevará su falta de escrúpulos. El clímax de su descomposición llega en la escalofriante escena final en la que el fanatismo religioso y la ambición descontrolada se baten a duelo, exponiendo sus respectivas miserias.
Daniel Day-Lewis es definitivamente uno de los mejores actores del mundo y acá su talento está expuesto al máximo, convirtiendo a Daniel Plainview en un retrato del poder más fascinante y putrefacto. Su actuación, recompensada con un Oscar y muchos otros premios, es uno de los muchos logros de este film, junto con la cuidada fotografía que privilegia los contrastes del color negro brillante del petróleo con los colores cálidos de las construcciones en el desierto. Al final, el título original del film cobra la relevancia de demostrar que donde hay petróleo, siempre habrá sangre.
Título original: There will be blood
País y Año: Estados Unidos, 2007
Director: Paul Thomas Anderson
Actores: Daniel Day-Lewis, Paul Dano, Dillon Freasier, Ciarán Hinds, Kevin J. O'Connor
Calificación: **** 1/2
Freaks entrañables
Debo confesar que Sweeney Todd era mi película más esperada del 2007, no sólo porque Tim Burton es uno de mis directores favoritos, sino porque el material – un sangriento y sombrío musical – parecía hecho a su medida. El resultado no me defraudó en absoluto.
Benjamin Barker (Johnny Depp) regresa después de años a Londres, dispuesto a vengarse de un juez (Alan Rickman) que lo envió a prisión injustamente y le arrebató a su familia. Convertido ahora en el barbero asesino Sweeney Todd, encuentra en la Sra. Lovett (Helena Bonham Carter) a su cómplice ideal para poner en práctica su revancha y recuperar a su hija. La Sra. Lovett se ufana de hacer los peores pasteles de Londres, hasta que encuentra el ingrediente secreto que los vuelve irresistibles: los restos de las víctimas de Sweeney.
Basada en un exitoso musical de Broadway, esta película se distancia de otros musicales tan recientes como Moulin Rouge!, Dreamgirls o Hairspray en que lejos de ser una explosión de color y alegría, es una historia marcada por decorados góticos, canciones nostálgicas y muchas muertes, que pueden servir primero como un entretenimiento absurdo o al final como una conmovedora tragedia. Sweeney Todd se transforma así en un personaje clásico en el fascinante mundo de Burton, uniéndose a El joven manos de tijera, El cadáver de la novia, Willy Wonka y otros en la galería de freaks entrañables.
Johnny Depp y Helena Bonham Carter son dos actores habituales en la filmografía de Burton. A pesar de que no tienen las voces más privilegiadas del mundo, ambos superan la prueba de fuego de cantar y crear personajes convincentes en medio del baño de sangre. Depp fue nominado al Oscar por éste papel, pero se encontró en el camino a Daniel Day-Lewis. Ojalá la Academia hubiera aprovechado de paso la ocasión para reconocer también a Burton, un director que increíblemente jamás ha sido nominado. ¿Llegará el día en que corrijan esa terrible omisión o tendremos que marchar con nuestras navajas afiladas en señal de protesta?
Título original: Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street
País y Año: Estados Unidos, 2007
Director: Tim Burton
Actores: Johnny Depp, Helena Bonham Carter, Alan Rickman, Timothy Spall, Sacha Baron Cohen
Calificación: **** 1/2
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