La invención del sétimo arte
El artista y La Invención de Hugo Cabret representan emotivos y nostálgicos homenajes al cine. Ambas nos recuerdan por qué este medio es capaz de ilusionarnos, emocionarnos y transportarnos a otras dimensiones.
El carisma del mudo
George Valentin (Jean Dujardin) es una estrella del cine mudo de Hollywood, que vive el repentino ocaso de su carrera tras la llegada del sonido a las películas. En paralelo, la actriz y bailarina Peppy Miller (Bérénice Bejo) se convierte en una de las nuevas figuras del cine sonoro.
El artista es una cinta francesa filmada en blanco y negro. Su propuesta es arriesgada: se toma el atrevimiento de no tener diálogos hablados (sólo escritos). Desde la genial primera escena, el protagonista Jean Dujardin deja en claro que no hablará. No necesita hacerlo: puede encandilar a la audiencia con su gran expresividad, su innegable carisma y su sonrisa de 1 millón de dólares, cualidades que le han hecho ganar el Oscar a mejor actor, un premio más que merecido.
Al no haber diálogos, la película se apoya sobre dos pilares: la fantástica música compuesta por Ludovic Bource y el poder interpretativo del elenco. En el papel de Peppy Miller, la argentina Bérénice Bejo despliega su encanto y delicadeza. En roles secundarios, brillan actores como John Goodman y James Cromwell, así como el perro estrella Uggie, que compite con Dujardin en cuanto a simpatía y magnetismo.
Si bien es cierto que la película cuenta una historia sencilla (el trayecto de un actor desde la gloria hacia la decadencia y viceversa), su gran valor no está en la originalidad del guión, sino en la recreación meticulosa de las técnicas del cine mudo y su capacidad de impactar a partir de pequeños gestos. El artista acumula referencias de grandes clásicos del sétimo arte para convertirse en uno de ellos.
Título original: The Artist
País y Año: Francia 2011
Director: Michel Hazanavicius
Actores: Jean Dujardin, Bérénice Bejo, John Goodman, James Cromwell, Penelope Ann Miller, entre otros.
Calificación: **** 1/2
El legado de Méliès
Hugo (Asa Butterfield) es un niño huérfano que vive en una estación de trenes en el París de los años 30. Lo único que su padre le dejó fue un autómata, pero para que funcione, Hugo debe encontrar una llave en forma de corazón. Isabelle (Chloë Grace Moretz), la niña que posee la llave, lo llevará a descubrir un mundo desconocido.
La invención de Hugo Cabret es una película hecha para ser disfrutada por los amantes del cine. En su travesía, el niño conoce a Georges Méliès (Ben Kingsley), uno de los primeros cineastas y todo un pionero en la utilización de efectos visuales. Además, Hugo comparte con su padre dos aficiones: ver películas y controlar el funcionamiento de los relojes de la estación, una tarea que implica tanta devoción y precisión como la de los artesanos del cine.
Una escena particularmente ilustrativa del efecto que causa el sétimo arte es aquella que muestra a un grupo de espectadores corriendo despavoridos al ver en la pantalla grande cómo un tren se acerca a toda velocidad (una anécdota verídica, por cierto). Hoy en día, ese impacto se mantiene cuando vemos películas como La invención de Hugo Cabret, las cuales constituyen experiencias mágicas que nos transmiten sentimientos intensos, que luego se convierten en recuerdos imperecederos.
El director Martin Scorsese ensambla de manera magistral lo más emblemático del pasado y presente del cine. Por un lado, nos invita a revalorizar la obra del creador Georges Méliès y descubrir los orígenes de las películas tal como las conocemos. Asimismo, Scorsese se vale de los alcances de la tecnología 3D para escabullir al espectador en una aventura memorable, en la que es fácil sentirse tan asombrado como un niño que descubre por primera vez un juguete fascinante.
Título original: Hugo
País y año: Estados Unidos 2011
Director: Martin Scorsese
Actores: Asa Butterfield, Chloë Grace Moretz, Ben Kingsley, Sacha Baron Cohen, Emily Mortimer, Jude Law, Christopher Lee, Helen McCrory, etc.
Calificación: **** 1/2
El carisma del mudo
George Valentin (Jean Dujardin) es una estrella del cine mudo de Hollywood, que vive el repentino ocaso de su carrera tras la llegada del sonido a las películas. En paralelo, la actriz y bailarina Peppy Miller (Bérénice Bejo) se convierte en una de las nuevas figuras del cine sonoro.
El artista es una cinta francesa filmada en blanco y negro. Su propuesta es arriesgada: se toma el atrevimiento de no tener diálogos hablados (sólo escritos). Desde la genial primera escena, el protagonista Jean Dujardin deja en claro que no hablará. No necesita hacerlo: puede encandilar a la audiencia con su gran expresividad, su innegable carisma y su sonrisa de 1 millón de dólares, cualidades que le han hecho ganar el Oscar a mejor actor, un premio más que merecido.
Al no haber diálogos, la película se apoya sobre dos pilares: la fantástica música compuesta por Ludovic Bource y el poder interpretativo del elenco. En el papel de Peppy Miller, la argentina Bérénice Bejo despliega su encanto y delicadeza. En roles secundarios, brillan actores como John Goodman y James Cromwell, así como el perro estrella Uggie, que compite con Dujardin en cuanto a simpatía y magnetismo.
Si bien es cierto que la película cuenta una historia sencilla (el trayecto de un actor desde la gloria hacia la decadencia y viceversa), su gran valor no está en la originalidad del guión, sino en la recreación meticulosa de las técnicas del cine mudo y su capacidad de impactar a partir de pequeños gestos. El artista acumula referencias de grandes clásicos del sétimo arte para convertirse en uno de ellos.
Título original: The Artist
País y Año: Francia 2011
Director: Michel Hazanavicius
Actores: Jean Dujardin, Bérénice Bejo, John Goodman, James Cromwell, Penelope Ann Miller, entre otros.
Calificación: **** 1/2
El legado de Méliès
Hugo (Asa Butterfield) es un niño huérfano que vive en una estación de trenes en el París de los años 30. Lo único que su padre le dejó fue un autómata, pero para que funcione, Hugo debe encontrar una llave en forma de corazón. Isabelle (Chloë Grace Moretz), la niña que posee la llave, lo llevará a descubrir un mundo desconocido.
La invención de Hugo Cabret es una película hecha para ser disfrutada por los amantes del cine. En su travesía, el niño conoce a Georges Méliès (Ben Kingsley), uno de los primeros cineastas y todo un pionero en la utilización de efectos visuales. Además, Hugo comparte con su padre dos aficiones: ver películas y controlar el funcionamiento de los relojes de la estación, una tarea que implica tanta devoción y precisión como la de los artesanos del cine.
Una escena particularmente ilustrativa del efecto que causa el sétimo arte es aquella que muestra a un grupo de espectadores corriendo despavoridos al ver en la pantalla grande cómo un tren se acerca a toda velocidad (una anécdota verídica, por cierto). Hoy en día, ese impacto se mantiene cuando vemos películas como La invención de Hugo Cabret, las cuales constituyen experiencias mágicas que nos transmiten sentimientos intensos, que luego se convierten en recuerdos imperecederos.
El director Martin Scorsese ensambla de manera magistral lo más emblemático del pasado y presente del cine. Por un lado, nos invita a revalorizar la obra del creador Georges Méliès y descubrir los orígenes de las películas tal como las conocemos. Asimismo, Scorsese se vale de los alcances de la tecnología 3D para escabullir al espectador en una aventura memorable, en la que es fácil sentirse tan asombrado como un niño que descubre por primera vez un juguete fascinante.
Título original: Hugo
País y año: Estados Unidos 2011
Director: Martin Scorsese
Actores: Asa Butterfield, Chloë Grace Moretz, Ben Kingsley, Sacha Baron Cohen, Emily Mortimer, Jude Law, Christopher Lee, Helen McCrory, etc.
Calificación: **** 1/2
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