Elvis: Un biopic seductor, acelerado y excesivo

Elvis (Australia 2022) es una atractiva película biográfica sobre el rey del rock 'n' roll Elvis Presley, que gracias al inconfundible estilo de su visionario director Baz Luhrmann, resulta una experiencia tan acelerada, excesiva y agotadora como la ciudad de Las Vegas, que comparte con el cantante ese aura irresistible de brillo y glamour, pero también artificialidad y decadencia.

La historia del ícono americano está narrada desde la perspectiva del Coronel Tom Parker (Tom Hanks), quien descubre el potencial del joven Elvis (Austin Butler) tras verlo en un concierto y se ofrece a ser su manager. Durante 20 años, su relación laboral pasa por altibajos y, en paralelo al desarrollo de la carrera de Presley, se dibujan los cambios en el panorama cultural y social de Estados Unidos.


Desde un punto de vista narrativo, la película sigue varias convenciones del género de los biopics, al pasar revista por varios momentos decisivos en la vida personal y la trayectoria artística de Elvis, tales como su infancia y crecimiento en un barrio pobre, hasta su ascenso a la fama en un entorno conservador y su inevitable caída en desgracia.

Sin embargo, donde este filme sí marca distancia de otros biopics de cantantes, es en la forma y la puesta en escena. El cineasta australiano Baz Luhrmann recupera parte de la contagiosa energía desbordante y vibrante pasión por el espectáculo que emanaba su obra maestra Moulin Rouge!, dotando a Elvis de su característico montaje hiperactivo, una cámara en permanente movimiento y un exquisito acabado visual en la fotografía, dirección de arte y diseño de vestuario, como también ocurría en Australia y El gran Gatsby.

En el rol protagonista, el actor Austin Butler ofrece una deslumbrante interpretación como Elvis. Más allá de que consigue recrear a la perfección su voz y sus icónicos movimientos corporales, su notable desempeño trasciende la mera imitación y sorprende por su increíble capacidad de generar el mismo nivel de carisma, atracción sexual y dominio escénico que tenía el cantante. Mejor aún: en las escenas dramáticas, Butler transpira una melancolía que se va acercando peligrosamente a la inminente tragedia.


En cambio, Tom Hanks resulta menos convincente en el papel del manipulador y mentiroso Coronel Tom Parker. Enterrado bajo capas y capas de maquillaje, Hanks intenta sin éxito transmitir la malicia inherente del villano y se acerca más hacia la caricatura. Por otro lado, Priscilla (Olivia DeJonge), a pesar de ser el gran amor de Elvis, es un personaje apenas desarrollado y que tiene poca relevancia en el desarrollo de la trama.

A pesar de sus excesos o sus carencias, Elvis es una película que resulta especialmente satisfactoria para los fanáticos del cantante y los seguidores de Luhrmann, al explorar de forma seductora la construcción del mito de uno de los cantantes más populares de la historia, alguien que rompió esquemas al incorporar influencias del blues y el country en la música rock, mientras creó un culto alrededor de su imagen y transformó para siempre el rostro de la música popular.

Calificación: 7/10.

Esta película se estrena el 14 de julio en la cartelera peruana.

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