Festival de Cine de Lima 2022: Willaq pirqa, el cine de mi pueblo

Willaq pirqa, el cine de mi pueblo (Perú 2022) es una película cálida y emocionante que, bajo su aparente manto de sencillez, revela sentidos homenajes al arte de narrar historias a través de las imágenes en movimiento y a la capacidad de fascinación que ejerce el sétimo arte sobre los espectadores para motivarlos a crear sus propios relatos, contando sus experiencias personales y reafirmando su identidad al hablar en su propia lengua.

En la década de 1970, en una comunidad de los Andes, un niño de 10 años llamado Sistu (Víctor Acurio) recibe una señal caída del cielo. El viento trae a sus manos un periódico que anuncia la proyección de una película en un cine itinerante en un pueblo cercano. Preso de la curiosidad, el pequeño decide ir a ver de qué se trata ese invento desconocido llamado cine. Y cuando lo experimenta en persona, Sistu queda embelesado, al punto que se propone convencer a sus amigos, su familia y toda la comunidad para que lo acompañen a conocer la magia del cine.


Cuando todos sus amigos y vecinos asisten al cine itinerante, algunos a regañadientes, se producen reacciones de asombro, incredulidad e incluso temor, sobre todo en el momento en que algunos espectadores creen que aquello que se ve en la pantalla puede “saltar” hacia ellos, en un claro guiño cómplice al efecto que causó el célebre cortometraje de los hermanos Lumière La llegada de un tren a la estación de La Ciotat (1896) en los albores de la creación del cine. Posteriormente, se genera también cierta desconfianza en algunos adultos, pues las películas proyectadas están habladas en idiomas ajenos al quechua que ellos hablan: el inglés con subtítulos o el castellano del doblaje.

A partir de ese punto de quiebre, la obra del director ayacuchano César Galindo adquiere con mucha sutileza la forma de una metaficción en la que se reclama y se reivindica la necesidad de que el cine y el arte en general lleguen a todas las personas en su propio idioma y mostrando sus costumbres, su estilo de vida y los paisajes que los rodean. A diferencia de otras películas ambientadas en los Andes peruanos, Willaq pirqa, el cine de mi pueblo revaloriza todo eso sin caer en la miseria y sin regodearse en el sufrimiento.


En el rol protagonista, el debutante Víctor Acurio sorprende con una actuación bordada de ternura, carisma y una gran capacidad de transmitir un amplio rango de emociones que van de la felicidad al miedo, de la sorpresa a la tristeza. Tal vez desde los trabajos de Marino León de la Torre en Gregorio (1982) y Rosa Isabel Morfino en Juliana (1989), no se veía en el cine peruano una actuación infantil tan natural y espontánea, tan alejada de cualquier impostación.

Con sus pinceladas de humor fresco y alegría contagiosa, sumados al uso de colores cálidos y la evocadora música de Karin Zielinski, Willaq pirqa, el cine de mi pueblo es una entrañable película feel good, que nos conecta con nuestras emociones, nos transporta a momentos felices de nuestra infancia y nos recuerda aquel instante en que descubrimos todas las puertas que nos puede abrir el cine, para conocer mundos diferentes o ver reflejado nuestro propio entorno.

Calificación: 8/10.

Esta película se estrenó en el 26 Festival de Cine de Lima, donde obtuvo tres reconocimientos: el Premio del Ministerio de Cultura a la Mejor Película Peruana, el Premio del Público y el Premio de la Comunidad PUCP a la Mejor Película de la sección Hecho en el Perú. Llegará a la cartelera peruana el 29 de setiembre.

En Cinencuentro pueden leer la entrevista que Luis Vélez y yo hicimos al director César Galindo.

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