Glass Onion: Un divertimento irreverente e irresistible

Con Glass Onion: Un misterio de Knives Out (Glass Onion: A Knives Out Mystery, Estados Unidos 2022) el director Rian Johnson vuelve a refrescar el subgénero cinematográfico del whodunit (una intriga en la que un detective debe resolver un asesinato y todos los personajes son sospechosos) valiéndose de un guion con una estructura enrevesada, una crítica dirigida al poder económico y mediático y un elenco de estrellas que brillan mientras revelan las numerosas capas del misterio, emulando a la cebolla de cristal del título.

Esta vez el detective Benoit Blanc (Daniel Craig) viaja a la isla privada del magnate Miles Bron (Edward Norton) en Grecia, quien también ha invitado a su grupo más cercano de amigos. En la invitación, Bron les indica que durante el fin de semana todos los asistentes tendrán que resolver el misterio de un crimen: el asesinato del propio anfitrión.


Como es usual en este tipo de películas, las apariencias y las superficies son engañosas, pues paulatinamente se revelan las conexiones que tiene cada personaje con Bron y la forma en la cual el multimillonario los ha ayudado a potenciar sus respectivas carreras en la política, el modelaje, la tecnología u otros campos. Entonces se siembra la duda de lo que cada uno estaría dispuesto a hacer o a sacrificar para mantener su estatus.

Al igual que en Entre navajas y secretos, en esta secuela Rian Johnson también hace una sátira de las élites estadounidenses. Si en la película anterior afiló la puntería contra una familia de republicanos racistas, conservadores y xenófobos, en esta ocasión pone en la mira a los magnates que han construido un imperio en base a la tecnología (las similitudes entre Miles Bron y Elon Musk no son gratuitas), los influencers y los políticos que coquetean descaradamente con el poder de turno.

Mientras Daniel Craig vuelve a sacarle el máximo provecho al personaje de Blanc y dispara con destreza diálogos tan mordaces como ingeniosos, el resto del elenco también se luce, desde los personajes secundarios hasta las celebridades que hacen divertidos cameos. Destacan especialmente Janelle Monáe como la enigmática Cassandra Brand, ex socia de Bron y Kathryn Hahn como Claire Debella, la típica política que siempre está buscando salvarse aunque tenga que hundir a los demás.

El elaborado guion deja numerosas pistas falsas en el camino para despistar al espectador y acrecienta el suspenso al introducir hacia la mitad un largo flashback que ofrece una revelación que invita a mirar todo y a todos desde una nueva perspectiva. Ese es el punto alto de la película, después de lo cual viene el inevitable descenso. 

Antes de llegar al tercer acto, no se vuelve muy difícil adivinar quién es el asesino y luego, en el desenlace, brota una catarsis explosiva en la que los hechos se precipitan de forma un poco atropellada. A pesar de esos pasos en falso, Glass Onion: Un misterio de Knives Out ofrece suficientes dosis de comedia negra, acertijos y vueltas de tuerca para que el reto de jugar al detective resulte un divertimento irreverente y finalmente irresistible.  

Calificación: 7/10.

Esta película está disponible en Netflix.

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