Babylon: Una mirada cínica y desencantada de la industria del cine

Babylon (Estados Unidos 2022) es una bacanal cinematográfica que, en medio de sus excesos, su ritmo frenético y su humor escatológico, ofrece una mirada cínica, desencantada y finalmente nostálgica sobre los cimientos de la industria del cine y la forma en que esta se reinventa, se enfrenta a cambios revolucionarios y se le da por muerta, solo para volver a resurgir una y otra vez, como esa luz que brilla imponente en la oscuridad de una sala de cine.

La película transcurre en la década de 1920 en Los Angeles y sigue el trayecto de varios personajes que trabajan en la industria del cine mudo, en especial la actriz emergente Nellie LaRoy (Margot Robbie), la estrella consagrada Jack Conrad (Brad Pitt) y el trabajador mexicano Manny Torres (Diego Calva), quien es contratado como asistente. La vida de todos da un vuelco brusco cuando un estruendo sacude Hollywood con la llegada del cine sonoro. 


Luego de Whiplash y La La Land, el director Damien Chazelle vuelve a explorar las obsesiones de un grupo de artistas y su ímpetu por triunfar en un entorno sumamente competitivo. Pero a diferencia de sus películas anteriores, en Babylon Chazelle maneja un humor más sarcástico y ácido, mientras que su puesta en escena es mucho más grandilocuente y exagerada. 

Todo se expande, se ramifica y se desborda en Babylon: desde su abultada extensión de 3 horas y 9 minutos, hasta la dilatada duración de varias secuencias de fiestas y rodajes en las que Chazelle nos sumerge en un estado de fascinación y exaltación, gracias a una cámara siempre inquieta, una edición que impone un ritmo hiperactivo y una embriagadora composición musical a cargo de Justin Hurwitz.

Esa tendencia al exceso y la exuberancia es la característica que define el acercamiento que ha elegido Chazelle para narrar esta historia de ascensión y caída, de ambición y decadencia, de ilusión y decepción en una industria en la que las estrellas tienen la oportunidad de brillar mientras son funcionales a los intereses de los productores, para luego apagarse irremediablemente.


Si bien es cierto que no es la primera vez que vemos a Hollywood convertida en una fábrica de pesadillas (pienso en Mulholland Drive de David Lynch o Maps to the Stars de David Cronenberg, entre otras), ni tampoco es la primera vez que vemos ese retrato agridulce del tránsito del cine mudo al sonoro (como en Singin' in the Rain, a la que de hecho se le rinde homenaje), Babylon le añade capas de desenfado y descontrol que esconden la profunda inseguridad propia de los artistas de cine, cuyo período de vigencia es siempre impredecible. 

En cuanto al elenco, los protagonistas Margot Robbie y Diego Calva se entregan con compromiso y entusiasmo a sus papeles de recién llegados a la industria. Entre los numerosos personajes secundarios, destaca la presencia de Li Jun Li como la enigmática cantante Lady Fay Zhu y, sobre todo Jean Smart, como la influyente periodista de espectáculos Elinor St. John. Menos afortunada es la breve aparición de Tobey Maguire, como un estrambótico y bufonesco mafioso.

Babylon es una alocada y desenfrenada oda al cine que lo celebra pero también cuestiona todo lo que acarrea para sus trabajadores. Se rinde ante el encanto de mostrar cómo se logra la magia cuando el director grita “¡Acción”!, pero también expone todas las miserias y tragedias personales que se ocultan tras bambalinas. Aunque su último tercio se extiende más de la cuenta y se prodiga en varios falsos finales, la película deja como testamento una invitación a admirar la capacidad de sobrevivencia e inmortalidad del sétimo arte, que se renueva constantemente y continúa seduciendo a nuevas generaciones de espectadores apenas se apagan las luces de la sala de cine.

Calificación: 7/10.

Esta película está actualmente en la cartelera peruana.

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