Sin novedad en el frente: El espectáculo de la guerra

Sin novedad en el frente (Im Westen nichts Neues, Alemania 2022) se vale de espectaculares escenas de combates y una gran pirotecnia visual para sumergirnos en medio del barro y la sangre derramada en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Es un alegato pacifista que impresiona más por su impecable acabado técnico que por la contundencia de su narración.

El guion está basado en la novela homónima (1929) de Erich Maria Remarque, que ya tuvo dos celebradas adaptaciones para cine (dirigida por Lewis Milestone en 1930, ganadora del Oscar a la mejor película) y televisión (dirigida por Delbert Mann en 1979). Esta tercera versión es dirigida por el cineasta alemán Edward Berger, cuenta con la producción de Netflix y es la candidata de Alemania para la categoría de mejor largometraje internacional en los Oscar 2023.


En 1917, el adolescente de 17 años Paul Bäumer (Felix Kammerer) se enlista en el Ejército Imperial Alemán junto a sus amigos del colegio. Aunque llegan motivados por el patriotismo y la ilusión de luchar por su país, una vez que llegan al campo de batalla los jóvenes se dan cuenta de la carnicería que se vive allí y que la muerte ronda en cada rincón.

Si bien el relato está narrado desde la perspectiva de Paul, su descubrimiento de los horrores de la guerra se intercala con escenas de tensas negociaciones entre altos mandos franceses y alemanes (allí destaca la presencia de Daniel Brühl) para llegar a un acuerdo de paz. Tanto los caprichos de los gobernantes como las penurias que padecen los millones de soldados en el frente sirven para ilustrar la inutilidad de una guerra que terminó usando como carne de cañón a esos jóvenes, casi unos niños obligados de golpe a crecer. 

El director Edward Berger parece haberse inspirado en 1917 de Sam Mendes, otro fime bélico ambientado en la Primera Guerra Mundial, para crear una experiencia inmersiva, que saca el máximo provecho de la tecnología y los efectos visuales para dotar de autenticidad a las explosiones, el fuego de las metralletas y la estrechez de las trincheras. Asimismo, la fotografía captura la belleza de algunos rayos solares que iluminan escenarios naturales y la contrasta con la oscuridad que se cierne sobre la cabeza de unos soldados condenados a morir de formas crueles y salvajes. 

Sin embargo, como ocurría también con 1917, Sin novedad en el frente se concentra más en generar el máximo impacto visual y en hacer que la cámara realice piruetas impresionantes, que en desarrollar a sus personajes y que podamos entender su mundo interior. Es una representación cruda y visceral de la guerra, sin espacio para los dilemas personales o para conocer la vida que cada soldado dejó atrás y que no recuperará jamás.

Calificación: 7/10.

Esta película está disponible en Netflix.

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