La radio mató a la estrella de Internet
La temporada de premios comenzó celebrando el poder de Internet y de cómo el origen de Facebook cambió nuestra manera de interactuar. Red Social se llevó 30 premios a mejor película, incluyendo el Globo de Oro y casi todos los reconocimientos de la crítica en Estados Unidos.
Sin embargo, en el Oscar, la Academia prefirió inclinarse por una cinta que celebra el poder de la radio y de cómo las palabras pueden unir a los seres humanos. El discurso del rey se llevó 4 Oscar: mejor película, director (Tom Hooper), actor (Colin Firth) y guión original.
El mejor discurso
De estos cuatro premios, el más merecido sin duda es el de Firth, quien estaba predestinado a dar el mejor discurso de la noche. Lo más memorable fue su mención a “unos movimientos abdominales que amenazan con convertirse en pasos de baile” y su agradecimiento a su esposa por “soportar mis delirios de realeza”.
Los mejores triunfos
Red Social, por su parte, recibió tres Oscar muy merecidos: mejor guión adaptado, edición y partitura original. Sin embargo, me hubiese gustado que se lleve también los premios de mejor película y mejor director (David Fincher).
Otros premios en los que sí estuve totalmente de acuerdo son:
* Mejor actriz: Natalie Portman por El cisne negro. Nicole Kidman (Rabbit Hole) y Annette Bening (The Kids are All Right) estuvieron notables, pero Portman tuvo un papel más demandante física y emocionalmente.
* Mejor película animada: Toy Story 3. Pixar se lleva el premio por cuarto año consecutivo por una sencilla razón: son los mejores.
* Mejores efectos visuales: El Origen (Inception). Es un justo reconocimiento para una estilizada cinta de ciencia ficción que construyó mundos virtuales fascinantes.
El mejor presentador
Cuando Kirk Douglas apareció en el escenario para presentar el Oscar a mejor actriz de reparto, el auditorio Kodak se puso de pie para aplaudir al legendario y nonagenario actor. Tuvo más gracia que los propios anfitriones, jugó con su bastón y supo alargar el suspenso al abrir el sobre con el nombre de la ganadora, cuando con absoluto desparpajo empezaba a contar más de una vez “You know…”. ¡Espartaco, sigues siendo un héroe!
Los maestros sin escuela
En un evidente intento por captar la atención del público adolescente, los productores del show optaron por contratar a una pareja de jóvenes actores como maestros de ceremonias: Anne Hathaway y James Franco. Mientras ella nos intentaba conquistar con su sonrisa de princesa y su entusiasmo desbordante, el pobre James lucía bastante desganado y desorientado, como si siguiera atrapado entre las rocas de su película 127 Horas.
A pesar de que hubo premios muy merecidos, el espectáculo transmitió la sensación de ser un sueño repetido o una película con guión predecible. Como los ganadores fueron los mismos de otras premiaciones, ni siquiera se esmeraron en fingir sorpresa (salvo por la procaz Melissa Leo) y por eso la mayoría de discursos carecieron de la vibrante energía que hemos visto otros años. Así como la radio mató a la estrella de Internet, la falta de emoción (casi) mató a la ceremonia.
Sin embargo, en el Oscar, la Academia prefirió inclinarse por una cinta que celebra el poder de la radio y de cómo las palabras pueden unir a los seres humanos. El discurso del rey se llevó 4 Oscar: mejor película, director (Tom Hooper), actor (Colin Firth) y guión original.
El mejor discurso
De estos cuatro premios, el más merecido sin duda es el de Firth, quien estaba predestinado a dar el mejor discurso de la noche. Lo más memorable fue su mención a “unos movimientos abdominales que amenazan con convertirse en pasos de baile” y su agradecimiento a su esposa por “soportar mis delirios de realeza”.
Los mejores triunfos
Red Social, por su parte, recibió tres Oscar muy merecidos: mejor guión adaptado, edición y partitura original. Sin embargo, me hubiese gustado que se lleve también los premios de mejor película y mejor director (David Fincher).
Otros premios en los que sí estuve totalmente de acuerdo son:
* Mejor actriz: Natalie Portman por El cisne negro. Nicole Kidman (Rabbit Hole) y Annette Bening (The Kids are All Right) estuvieron notables, pero Portman tuvo un papel más demandante física y emocionalmente.
* Mejor película animada: Toy Story 3. Pixar se lleva el premio por cuarto año consecutivo por una sencilla razón: son los mejores.
* Mejores efectos visuales: El Origen (Inception). Es un justo reconocimiento para una estilizada cinta de ciencia ficción que construyó mundos virtuales fascinantes.
El mejor presentador
Cuando Kirk Douglas apareció en el escenario para presentar el Oscar a mejor actriz de reparto, el auditorio Kodak se puso de pie para aplaudir al legendario y nonagenario actor. Tuvo más gracia que los propios anfitriones, jugó con su bastón y supo alargar el suspenso al abrir el sobre con el nombre de la ganadora, cuando con absoluto desparpajo empezaba a contar más de una vez “You know…”. ¡Espartaco, sigues siendo un héroe!
Los maestros sin escuela
En un evidente intento por captar la atención del público adolescente, los productores del show optaron por contratar a una pareja de jóvenes actores como maestros de ceremonias: Anne Hathaway y James Franco. Mientras ella nos intentaba conquistar con su sonrisa de princesa y su entusiasmo desbordante, el pobre James lucía bastante desganado y desorientado, como si siguiera atrapado entre las rocas de su película 127 Horas.
A pesar de que hubo premios muy merecidos, el espectáculo transmitió la sensación de ser un sueño repetido o una película con guión predecible. Como los ganadores fueron los mismos de otras premiaciones, ni siquiera se esmeraron en fingir sorpresa (salvo por la procaz Melissa Leo) y por eso la mayoría de discursos carecieron de la vibrante energía que hemos visto otros años. Así como la radio mató a la estrella de Internet, la falta de emoción (casi) mató a la ceremonia.
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