Sundance 2021: CODA, On the Count of Three y Jockey

En las dos publicaciones anteriores, publiqué las críticas de 3 documentales y 3 filmes dirigidos por mujeres que vi en el Festival de Sundance 2021. Continuando con la cobertura especial de este festival virtual, comparto las críticas de 3 películas de la competencia estadounidense que fueron premiadas por el jurado oficial.

Competencia de Drama - Estados Unidos

CODA es una comedia cálida e inspiradora, de esas que suelen ganar premios del público en los festivales. De hecho en Sundance se llevó ese trofeo, más otros 3, incluyendo el Gran Premio del Jurado, el equivalente a mejor película. Aunque es un relato encantador y ocasionalmente emotivo, está lejos de ser original o novedoso. 

Se trata de un remake de la película francesa La familia Bélier, que adapta el relato al entorno pesquero de Massachusetts. Cuenta la historia de Ruby, una adolescente con una prodigiosa voz que sueña con ser cantante, pero teme abandonar a sus padres y a su hermano, todos sordomudos, a quienes apoya en el negocio familiar y, al ser la única que habla, es la intérprete que los comunica con los demás.

Si bien la directora y guionista Sian Heder se ciñe a la fórmula de otras comedias que buscan provocar tanto risas como lágrimas, logra que su adaptación tenga personalidad gracias al carisma avasallador de su protagonista Emilia Jones y los actores secundarios que interpretan a su familia, en especial la ganadora del Oscar Marlee Matlin en el papel de su madre. 

A pesar de la presencia de algunos clichés y personajes que desentonan (como el excéntrico profesor que ayuda a Ruby a desarrollarse como artista, personificado por Eugenio Derbez), al final esta comedia es como un cantante que solo canta covers, pero lo hace con tanta pasión que vale la pena escuchar cómo los reinterpreta.

Calificación: 6/10.

On the Count of Three narra el último día de vida de dos mejores amigos que han decidido irse de este mundo, pero antes de apretar el gatillo tienen que saldar algunas cuentas. Este drama con pinceladas de humor negro aborda temas tan sensibles como la depresión y el suicidio con las dosis exactas de inteligencia y tino para no trivializarlos ni glorificarlos.

La ópera prima del comediante Jerrod Carmichael bebe del cine frenético e impactante de los hermanos Safdie. Como Good Time y Uncut Gems, esta película destila  adrenalina y tensión, pues en un período corto de tiempo los protagonistas deben resolver un problema, mientras suceden una serie de situaciones extremas, que amenazan con descarrillar sus planes.

Si esta premisa tan arriesgada funciona tan bien es gracias a la adecuada construcción de los personajes y la presentación de los conflictos internos que los atormentan. El guion coescrito por Ari Katcher y Ryan Welch (premiado por el jurado) nos permite conocer paulatinamente las personalidades, traumas y temores de sus protagonistas, a través de diálogos afilados que ondulan entre el sarcasmo, la tristeza y la desesperación. 

No es difícil empatizar con estos personajes cuando son cincelados con tanta naturalidad y compromiso. Carmichael y Christopher Abbott (notable como el irascible Kevin) encuentran humanidad y fuerza en estos seres vulnerables y abatidos, que se apoyan en su incondicional amistad como la última puerta que les queda tocar cuando ya se cerraron todas las demás. 

Calificación: 8/10.

Jockey es un drama deportivo que traza el trayecto de Jackson, un veterano jinete que está en el ocaso de su carrera y busca una última oportunidad para ganar un torneo, como una forma de redención personal, mientras batalla con problemas de salud y ajusta ciertas deudas con su pasado.

En su primer largometraje, el director y coguionita Clint Bentley consigue un melancólico tono de crepúsculo que anuncia el inevitable final del camino para un campeón en decadencia, por lo que recuerda a The Wrestler de Darren Aronofsky. En ambas películas, sus antihéroes cargan con múltiples heridas físicas y emocionales que no les impiden seguir luchando contra los obstáculos, literal y metafóricamente.

Al mismo tiempo, Bentley narra la historia de una relación laboral impregnada de amistad y cariño, la de Jackson con su fiel entrenadora Ruth (la estupenda Molly Parker) y muestra el recorrido inverso que hacen un maestro y su alumno, pues mientras Jackson desciende, un joven jinete llamado Gabriel (Moisés Arias) muestra un gran potencial para ascender.

Clifton Collins Jr. (ganador de un premio especial del jurado) es uno de esos actores que siempre ha brillado en roles secundarios (como en Traffic o Capote) y por fin recibe la oportunidad de tener un papel protagónico que le permite demostrar su madurez como intérprete, así como su enorme capacidad de transmitir con sutiles gestos y miradas la evolución de su personaje. Gracias a él, Jackson continúa cabalgando en nuestro recuerdo mucho tiempo después de ver los créditos finales.

Calificación: 7/10.