Festival de Lima 2019: Reseñas de la competencia de ficción – Parte 1
En el post anterior, hice un repaso por las sinopsis, premios y horarios de 23 películas prometedoras de la programación del Festival de Lima 2019. Comienzo con las críticas de la categoría de competencia de ficción comentando 6 películas provenientes de Argentina, Brasil y Guatemala.
Bacurau (Brasil) es una película tan desconcertante como fascinante, que se presenta al inicio como el retrato social de un pueblo hermético que llora la muerte de su matriarca, pero luego el relato va mutando a algo mucho más inquietante: el enfrentamiento con el poder político y unos invasores foráneos dispuestos a borrar a este pueblo del mapa.
Los directores Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles construyen una fábula combativa que simboliza la situación política actual de Brasil. Es una película que, si bien carece de sutilezas para mostrar su rechazo al presidente Bolsonaro, lo hace valiéndose de géneros como el western o el gore para mostrar la resistencia de la población frente a un tirano incapaz de gobernar para todos, pues prefiere desaparecer a aquellos que le incomodan.
En el reparto, destacan Udo Kier y Sônia Braga, quienes componen personajes de un gran magnetismo, como líderes de sus respectivos bandos. Calificación: 8/10.
Sócrates (Brasil) se centra en la figura de un adolescente gay, quien tras el repentino fallecimiento de su madre, debe encontrar la mejor manera de valerse por sí mismo. Si bien el guion se torna demasiado sombrío y trágico por momentos, también es cierto que la poderosa actuación del protagonista Christian Malheiros se convierte en un necesario muro de contención, involucrando al espectador en su búsqueda desesperada por sobrevivir.
El director Alexandre Moratto crea atmósferas opresivas y asfixiantes, en las que se sienten el abandono y la frustración. A pesar del tono desesperanzador que sobrevuela gran parte de la película, el desenlace ayuda a lograr cierto equilibrio dejando entrever que en el reencuentro con las cenizas de su madre se halla la fuerza para continuar remando, a pesar de la tempestad. Calificación: 6/10.
Sueño Florianápolis (Argentina) es una comedia dramática sobre una familia que viaja de vacaciones a Brasil, mientras los esposos atraviesan un lento proceso de transición hacia una inevitable separación. En esas vacaciones, cada integrante encuentra sus propias distracciones y deseos, los cuales entran en conflicto con los planes familiares.
La directora Ana Katz es lo suficientemente inteligente como para no seguir rutas trilladas, por lo que le propone senderos inesperados a sus personajes, construyendo con ingenio y soltura algunas situaciones muy divertidas, junto a otras más tensas o melancólicas. Logra capturar con claridad la desintegración de un matrimonio al que le cuesta cada vez más mantenerse a flote.
La protagonista Mercedes Morán encuentra siempre las palabras y miradas precisas para expresar todos los estados de ánimo por los que atraviesa su personaje. Calificación: 7/10.
Familia sumergida (Argentina) es la ópera prima de María
Alché, recordada actriz de La niña santa de Lucrecia Martel. Su protagonista es
Marcela (nuevamente notable la gran Mercedes Morán), quien está en un estado
frágil tras la muerte de su hermana y empieza a experimentar visiones que traen
de vuelta a la vida a parientes fallecidos.
María Alché y Mercedes Morán crean con mucha riqueza de
matices el perfil de una mujer que oscila entre la conexión y la desconexión de
la realidad y de su familia, la ausente y la presente. Manejan con mucha
autenticidad la construcción de los vínculos de Marcela con sus hijos y con un
hombre que supone un refugio en tiempos de tumulto emocional.
Asimismo, destacan las evocadoras escenas oníricas en las
que los fantasmas retornan del más allá saliendo entre plantas y cortinas enrolladas
como mariposas que nacen de un capullo. Calificación: 7/10.
José (Guatemala) muestra el conflicto de un joven gay dividido entre la necesidad de quedarse junto a su madre sobreprotectora y conservadora, y la tentación de fugarse con su novio para vivir lejos del entorno religioso y homofóbico en el que están anclados.
El director chino Li Cheng acierta en la representación de la intimidad y complicidad de los protagonistas, así como en la detallada exhibición de sus rutinas diarias, pero se dispersa en el tramo final, distrayéndose en una búsqueda que va perdiendo progresivamente fuerza narrativa e interés. Calificación: 6/10.
Nuestras madres (Guatemala) del director César Díaz comparte con la peruana NN de Héctor Gálvez el tema de la búsqueda de los cuerpos de personas que desaparecieron durante un conflicto armado. Los huesos de un desaparecido escondidos en la tierra configuran para los familiares un hallazgo que puede traer alivio y proporcionar respuestas, por más dolorosas que sean.
El protagonista encuentra durante su investigación una pista que lo puede llevar a conocer el pasado de su padre guerrillero. Entonces, se establece un interesante paralelo entre este personaje y todo un país que debe enfrentarse a su propia historia, que debe desenterrar sus secretos e intentar reconciliarse con su legado.
Dos de las mejores secuencias muestran con sobriedad y dignidad los desgarradores testimonios de dos mujeres, una indígena y otra blanca, que estuvieron en lados distintos del conflicto armado, pero que sufrieron traumas impensables. Calificación: 7/10.
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