La crónica francesa: El deslumbrante homenaje de Wes Anderson al periodismo

La crónica francesa (The French Dispatch, Estados Unidos 2021) es una comedia extravagante, estilizada y visualmente deslumbrante que rinde homenaje a los talentosos genios del periodismo impreso que reportan los acontecimientos más impactantes a través de una prosa exquisita, capaz de transportarnos con una vívida descripción al lugar de los hechos.

La película está estructurada como el equivalente audiovisual de aquellas prestigiosas revistas impresas que tuvieron su apogeo a mediados del siglo XX. En una ciudad ficticia de Francia, un grupo de corresponsales estadounidenses narran sucesos curiosos, conmovedores o polémicos. Y cada reportaje funciona como un cortometraje que se integra a los demás volviendo siempre al corazón del relato: la redacción de la revista, donde el editor (Bill Murray) se reúne con su equipo para planificar las notas y luego dar forma al resultado final.


En el portentoso elenco, compuesto por un gran número de actores formidables, brillan con mayor fuerza los que interpretan a los perspicaces e intrépidos reporteros estrella de la publicación: Tilda Swinton, Frances McDormand y Jeffrey Wright. Asimismo, destaca la imponente presencia escénica de Benicio del Toro en el papel de un violento asesino que se reinventa en la cárcel como un célebre artista plástico y encuentra el amor en su musa, una guardiana del recinto (Léa Seydoux).

Con su característico sello personal, el director Wes Anderson construye un universo rico en detalles, el que conviven escenas filmadas en blanco y negro con otras donde los colores vibrantes explotan en pantalla, la acción real se interrumpe con una secuencia de animación tradicional, y los encuadres fijos de una cuidada simetría ceden el paso a vertiginosos travellings laterales que nos muestran el interior de casas y edificios que esconden varios secretos.

Cada encuadre está compuesto con una gran precisión y la disposición de todos los elementos (los actores, los objetos, los decorados, la cámara, la música, etc.) crea una armonía tan apabullante que hipnotiza la vista y el oído, invitándonos a descubrir la belleza que nos aguarda en cada escena.

Pero más allá de la forma, que siempre es impecable en toda la filmografía de Anderson, el fondo también satisface y emociona, al concebir con tanto ingenio personajes memorables y situaciones sorprendentes, que nos recuerdan que el buen cine, al igual que el buen periodismo, puede utilizar los mejores recursos a su alcance para narrar las historias más fascinantes, dotándolas de urgencia, dinamismo y vitalidad.

Calificación: 8/10.

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