Entrevista a Henry Vallejo, director de “Manco Cápac”

Ya se estrenó en la cartelera peruana Manco Cápac, la candidata que el Perú ha enviado como su representante para la categoría de mejor película internacional en los premios Oscar 2022. 

Esta película fue filmada en Puno y narra la historia de Elisbán, un joven que viaja del campo a la ciudad en busca de trabajo, sin imaginar la dura aventura que tiene que afrontar como migrante, cuando no encuentre al amigo que prometió ayudarlo y se quede solo en medio de una ciudad que lo ignora con feroz indiferencia. 

Su estreno mundial se produjo en el Festival de Cine de Lima 2020, donde el protagonista Jesús Luque ganó el trofeo al mejor actor. Posteriormente, Manco Cápac obtuvo 3 premios de la Apreci - Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica: mejor largometraje peruano de 2020, mejor guion y mejor actor principal (Jesús Luque). 

En el marco del Festival de Cine de Lima 2020, conversé con el director Henry Vallejo sobre el proceso de escritura del guion, el casting para hallar al protagonista, los ensayos junto a los actores, la filmación, entre otros temas.


Escribiste el guion junto a Elard Serruto y la primera versión data de hace 10 años. ¿Cómo fue el proceso de crear juntos esta historia?

Elard y yo hemos escrito algunos guiones. Generalmente, yo lo invito cuando ya hay una idea clara, casi de principio a fin, digamos para arrancar un storyline que ya esté más o menos claro. Entonces lo invito a él y comenzamos. Como Elard anda muy ocupado, viene esporádicamente y yo le voy dando los borradores, me hace algunas críticas y los días que tiene tiempo avanzamos juntos. Escribir es un proceso divertido, nos vamos riendo con los personajes y los diálogos. Y claro, es mucho más barato, porque vamos botando lo que no sirve y vamos avanzando. Sin embargo, como habíamos tenido un primer intento con la película en 2013, después hemos seguido corrigiendo. El guion, como su nombre lo dice, es una guía nada más. Hemos seguido escribiendo hasta postular a la DAFO en 2014 y de ahí en el mismo rodaje, de emergencia también seguía haciendo cambios en plenos ensayos, porque bueno, en los ensayos iba descubriendo cosas con los actores y se reescribía casi de inmediato. No eran cambios muy dramáticos, sino en algunos diálogos cuando ensayamos había algunos aportes de los actores o a veces naturalmente salía la intención, porque como no les exigíamos que aprendan primero de memoria, más era como ir trabajando con la idea de la escena, entonces en muchos casos iban mejorando los diálogos. Entonces, para tenerlo formalmente ahí en el acto anotaba lo que iba saliendo. Es un proceso que del tiempo de escritura pasando a los ensayos pues va variando el guion y en el mismo rodaje hay escenas que han cambiado completamente. Hasta en la edición un poco ha ido modificándose eso.

El actor que iba a interpretar inicialmente al protagonista Elisbán se retiró del proyecto después de haber empezado el rodaje y tuviste que volver a hacer casting. ¿Qué fue lo que más te impactó de Jesús Luque en su audición?

La naturalidad de acercamiento al personaje, porque recuerdo que él no conocía mucho el perfil del personaje. Entonces en los castings solemos darles una escena o dos del guion, y con eso digamos a ver qué imagina para el personaje, porque las pautas que les damos son básicas. A partir de eso, nos interesa ver cómo improvisan para el personaje que recién están conociendo, cómo lo encaran. Jesús tuvo una aproximación bastante natural. Me acuerdo el primer día de casting que apareció, elegimos entre 30 y 50 personas. Al día siguiente, lo citamos y de ahí fue quedando hasta la tercera o cuarta etapa de casting. Quedaron 15 personas de Puno y Juliaca. Yo no estaba seguro y él tampoco estaba seguro de que podía ser Elisbán, había un buen indicio nada más. No habíamos tomado la decisión ni firmado un contrato todavía. Ya en el taller de actuación se definieron mejor las cosas. Primero fuimos construyendo el personaje, luego le mostré las escenas filmadas que habíamos hecho con el actor anterior y le dije: “El personaje es así, ¿qué te parece si construimos algo así?”. “Te vamos a filmar”, le dije. Llamé a mis hermanos para tener una cámara, empezamos a grabar la escena y recuerdo que también venía al taller la actriz Gaby Huaywa. Ella ya había pasado por la experiencia de un largometraje, pero quería refrescarse también. Entonces llegaba puntual al taller, igual que Jesús y con ella grabamos algunas escenas que me interesaban. Grabamos formalmente a manera de ensayo, como si fuera parte de la película, en el pequeño estudio que tengo en casa. Salió bastante bien. Eso fue lo que nos permitió decidir ya con pruebas con cámara y viendo el potencial de la actuación, decidimos. A esas alturas es cuando recién firmamos un contrato con Jesús. 

Jesús pasó por un taller de actuación de casi 6 meses antes del rodaje. ¿Cómo construyeron juntos a Elisbán? ¿Tuvieron algunos referentes de personajes de otras películas u otros medios?

No. Más bien, cuando empezamos ese taller, Jesús tenía 15 años, pero mostraba mucho interés no solo por la actuación, sino también por el cine. Es decir, yo le prestaba algunas películas para que vaya viendo, a manera de inspiración, porque no encontramos un personaje directo para seguirlo. Compartí con él algo de Abbas Kiarostami y de los hermanos Dardenne, para que vaya viendo un poco el ritmo y los actores, incluso también algunas películas de Scorsese que indirectamente sirven para ver cómo los actores afrontan los cambios de humor. Entonces, eso me interesaba. Él estaba ávido de ir aprendiendo, luego comentábamos las películas. El personaje más bien sale del guion y tratamos de acercarnos lo más posible al personaje. Como ya habíamos filmado antes algunas escenas e incluso había un vestuario que no era el mismo, pero era parecido, le hicimos pruebas de vestuario para ver cómo iba quedando. En el vestuario nos ayudó mi hermana Flor, que es artista plástica. Fuimos viendo los colores y texturas. Ahora que recuerdo, en el primer intento de rodaje vino la hermana de un pintor conocido, José Luis Barriga. Su hermana María vive en Suiza y hace vestuario para teatro, entonces ella estuvo unos días en Puno y también colaboró con nosotros, nos enseñó qué telas utilizar según los personajes, telas rugosas o más suaves, porque todo eso ayuda a comunicar las cosas. María nos dio una buena base porque no teníamos mucha idea del vestuario y cómo construirlo, entonces ella nos ayudó bastante. Ya había un primer borrador de vestuario, ya después en La Cachina encontramos ese polo que le queda chico a Elisbán. Con eso queríamos dar la idea de que ha estado usando ese polo por lo menos 3 años, por eso es que le queda chico.


Además de Jesús, trabajaste con otros actores no profesionales y también con intérpretes más reconocidos como Mario Velásquez y Yiliana Chong. ¿Cómo se dio la interacción en el rodaje entre los actores más experimentados y los que no tenían tanta experiencia en cine?

Felizmente Jesús se acomodó al ritmo del rodaje y a las exigencias. Con Mario Velásquez se adaptó rápido. Felizmente él tiene mucho talento, tiene buena memoria, generalmente le daba un par de leídas y decía “Nos mandamos”, ensayamos, la captaba rápido y empataba. A veces cuando hay actores profesionales se notan diferencias abismales, pero entre ellos no se notaba esa diferencia, parecía que Jesús había tenido una trayectoria casi igual que ellos. Se puso muy a la par con Mario Velásquez, al igual que con Yiliana también. Incluso con Jesús ya habíamos estado buen tiempo filmando, entonces estaba fresco con todo el training, nos esperaba listo para los desafíos.

Uno de los personajes que le da trabajo a Elisbán es Sergio, interpretado por el actor mexicano Leonardo Villa. ¿Cómo llegó a la película?

Leonardo Villa fue una coincidencia. Él estuvo de gira con su compañía de teatro, venía desde Buenos Aires, La Paz, Arequipa y Lima. Entonces justo nuestro colaborador en el guion Elard Serruto lo vio en Arequipa y le dijo “¿Por qué no vas a Puno?”, no tanto como para que esté en la película, sino para ayudarlo un poco y decirle que en Puno también hay un público ávido de ver su espectáculo. Entonces en Puno yo vi la obra y ahí lo invité a una audición. Como él estaba dirigiendo la obra y había otro actor que se presentaba, entonces el otro actor se fue a México y él se quedó unos días más. Por suerte el pasaje de él estaba programado para unos 4 ó 5 días después y me dijo: “Sí, claro, negocias con mi manager y me compras el pasaje hasta Lima”. Fue una sorpresa bonita que su manager era Stephanie Ripstein, la sobrina de Arturo Ripstein, ella vive en Miami. Hablé con ella y yo pensé que un actor con manager tenía probablemente precios muy altos, entonces le expliqué la situación de la película. Tuvimos suerte de que ella acepte y así se quedó Leonardo. Ensayamos un día y reconstruimos la escena con él, que no estaba muy clara en los ensayos. Por ejemplo, hubiéramos querido intentar un par de planos secuencia, ya que la mayoría de escenas están en plano secuencia. Con él, por la premura del tiempo, como tenía que irse, ya no se podía intentar eso. Hubo algunos cortes más para marcar el paso del tiempo de esa noche de trabajo de Elisbán.

En los créditos, podemos ver que varios integrantes de la familia Vallejo participaron en el equipo técnico y en la producción. Cuéntanos cómo se involucraron tus familiares en la película.

Bueno, con mis hermanos he trabajado desde mi primer corto, que era más o menos formal. Desde ahí me apoyan. César es el que construye los prototipos de steadycam, él ya había hecho el primer prototipo en el 2000 y después ha continuado, cada vez que tenía un proyecto él gustosamente empezaba a hacer otro steadycam y para rodar Manco Cápac conseguimos el Ronin 1 que puede aguantar cámaras de hasta 6 ó 7 kilos. Pero cuando uno filma travellings en línea recta y luego tiene algunas curvas, el problema de esta máquina es que no puede girar rápido. Entonces se malogra la toma, así que no nos sirvió de mucho ese Ronin. Más bien con la steadycam de César hicimos la mayoría de los travellings, entonces él hizo algo muy valioso. Mis hermanos Carlos y José también han sido parte del equipo desde el principio. Por supuesto que cuando cada uno de nosotros tenemos un proyecto, nos contratamos, porque ya nos conocemos y no es porque sea más barato, porque cotizando pude haber encontrado fotógrafos más baratos. Ellos también cobran. Un aspecto positivo es cuando hay conflictos, entre nosotros discutimos rápido y a los breves minutos ya estamos otra vez trabajando. Es decir, no le damos mucha importancia a los conflictos y tratamos de que pasen de inmediato, porque creo que hemos entendido que ya no son conflictos a nivel personal, sino a nivel creativo, entonces no tendríamos por qué resentirnos.

El director Henry Vallejo y el actor Jesús Luque.

Manco Cápac agotó todas sus entradas en el 24 Festival de Cine de Lima y ha obtenido varios comentarios positivos de los críticos. ¿Cómo han tomado el equipo y tú este recibimiento?

Bueno, no nos habíamos adelantado a nada. Fue una buena sorpresa saber que las entradas se agotaron rápido. Eso nos hizo pensar que, a pesar de que la película no se pensó para que sea  muy comercial, sí es más “vendible” de lo que parece. El solo hecho de estar en el Festival de Lima es un reconocimiento. Digamos que no es que me desviva por ganar premios, pero de todas maneras eso ayuda también para la venta de la película y sí sería muy bonito obtener algún reconocimiento en el Festival. Eso depende del público y de los jurados. Sin embargo, junto con mis hermanos conversamos un poco y están muy contentos porque la película está teniendo algunas sorpresas que no esperábamos.

¿Cómo ves la movida del cine puneño, que viene creciendo en los últimos años y tiene una presencia cada vez mayor en salas y festivales de Lima, así como en festivales internacionales?

El año pasado hemos formado el colectivo Puno Audiovisual. De los que asisten a las reuniones seremos entre 40 y 50 personas, pero estoy seguro que hay muchos más, debe haber al menos unos 200. Tenemos varias actividades, pero la que ha estado funcionando con bastante continuidad es Hanan Cine, un video club donde presentábamos ciclos de cine los fines de semana, era presencialmente, pero ahora está siendo virtual, sobre todo cortos. Entonces dentro de este grupo hay muchos estudiantes de Ciencias de la Comunicación y de otras carreras también, interesados en el audiovisual. Todo el mundo es bienvenido a Puno Audiovisual. Ese es un sendero importante porque estoy seguro que en los próximos años van a seguir saliendo cortometrajes y largometrajes de Puno. 

Entrevista realizada el 25 de agosto de 2020 por Juan Carlos Ugarelli.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
La ilusión son gafas de color rosa, sin las cuales es imposible mirar las numerosas deformidades del mundo y del hombre. Si es una https://pelisflix.tube/ película real.

Entradas populares de este blog

El nuevo logro del ogro

"En cine y en teatro, me gusta ver cosas que me inquieten"

Avatar: El camino del agua – Un fascinante despliegue visual