Festival de Lima 2015: Primer balance

La edición número 19 del Festival de Cine de Lima incluyó homenajes a Werner Herzog, Arturo Ripstein, Alicia Paz Garciadiego y Gustavo Bueno, de quienes se pudo ver parte de su filmografía. Aparte de las competencias oficiales de ficción y documental que siempre traen buenas representantes de Latinoamérica, este año hubo propuestas interesantes en las muestras paralelas: Clásicos franceses renovados, La vuelta al mundo en 8 días, Ambulante Gira Documental, Semana de la Crítica de Cannes, Turquía en Lima, entre otras.

En este primer post sobre el festival, comparto algunas impresiones sobre tres extraordinarias películas de las muestras paralelas y también sobre la chilena El Club, que formó parte de la competencia oficial de ficción y recibió el premio del jurado al mejor director (Pablo Larraín).

Mommy (Sección La vuelta al mundo en 8 días)


Esta cinta canadiense narra la historia de Diane, una mujer viuda que ama incondicionalmente a su hijo Steve, un adolescente violento con problemas de atención y de conducta. Mientras ellos intentan convivir con sus cambiantes estados de ánimo, su vecina Kyla ingresa a su vida para ayudarlos a encontrar un poco de armonía en medio del caos.

El director Xavier Dolan se vale del formato 1:1 (es decir, cuadrado) para concentrarse en los conflictos de sus tres protagonistas, quienes parecen sentirse encerrados a causa de sus carencias afectivas. Recién cuando empiezan a resolver ciertos problemas juntos y la vida parece sonreírles un poco, se abre el encuadre a un formato horizontal. Los protagonistas Anne Dorval, Antoine-Olivier Pilon y Suzanne Clément interpretan con honestidad e intensidad a estos personajes frágiles y quebrados que al juntarse forman un todo ligeramente más coherente.

Pero Mommy no es una fábula sobre la superación de la adversidad, es un revelador relato de cómo el amor es capaz de sanar ciertas heridas superficiales, pero eso no basta para curar una enfermedad más profunda. Con apenas 26 años, Dolan se confirma como un director con una sensibilidad muy especial, que maneja un meticuloso cuidado de la forma tanto como del fondo y que posee una pasión por la capacidad expresiva del cine como catalizador de emociones. Calificación: **** ½.

Los paraguas de Cherburgo (Sección Clásicos franceses renovados)


Este musical de 1964 presenta uno de esos romances efímeros pero imposibles de olvidar. Geneviève trabaja en una tienda de paraguas junto a su madre y está enamorada de Guy, un mecánico. Cuando él debe partir a la guerra por dos años, Geneviève se queda devastada. Un tiempo después, ella recibe una propuesta de matrimonio por parte de un rico comerciante de joyas. Su madre hace todo lo posible por concretar esa boda y resolver así sus crecientes problemas económicos.

Los paraguas de Cherburgo no cuenta con ningún diálogo hablado, pues toda la historia es narrada a través de canciones, que cambian de tono conforme avanza la película. Inicialmente son dulces e idílicas, pero paulatinamente se tornan agridulces y tristes. Así, se muestran las diferentes facetas del amor, desde el romance hasta la desilusión y la resignación por la pérdida del ser amado.

El director y guionista Jacques Demy nos regala una joya del género musical que emociona a partir de atmósferas que son oníricas primero y melancólicas después. Los protagonistas Catherine Deneuve y Nino Castelnuovo están fantásticos en la representación de estos amantes separados por distintas circunstancias que los obligan a perder la inocencia y enfrentar el mundo real. Calificación: ****.

La sal de la tierra (Sección Ambulante Gira Documental)


Este excelente documental francés nos presenta la obra del fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, quien en los últimos 40 años ha viajado por todo el mundo inmortalizando con su cámara diversos sucesos que han transformado a la humanidad (hambruna, éxodos, accidentes) y también la majestuosidad de la flora y fauna que nos rodean.

Los directores Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado (hijo del fotógrafo) alternan los testimonios de Sebastião sobre su vida y su obra, con las poderosas imágenes de sus fotografías, cada una más impactante que la otra. Destacan, por ejemplo, las fotos de mineros cubiertos de oro y de bomberos bañados en petróleo, así como las fotos de cadáveres de desplazados que han muerto en medio de la nada sin agua ni alimentos, sin esperanza y en el más absoluto silencio.

La sal de la tierra (nominado al Oscar a mejor documental) es un homenaje a la fotografía como un arte que es capaz de conmovernos, hacernos reflexionar e invitarnos a apreciar los contrastes con lo que convivimos: la crueldad y la solidaridad de la humanidad, el salvajismo de los hombres y la pureza de la naturaleza. Calificación: ****.

El Club (Sección Competencia Oficial de Ficción)


Esta película chilena narra la historia de cuatro sacerdotes caídos en desgracia, quienes viven en una casa de retiro en un alejado pueblo cerca del mar, bajo la atenta y amable mirada de una guardiana, quien también es religiosa. La llegada de un quinto sacerdote quiebra la armonía y destapa los secretos que ellos creyeron dejar atrás.

El guion hace todo lo posible por no caer en maniqueísmos, al conferirle luces y sombras a cada personaje. Todos pueden tener un momento de fragilidad o de solidaridad, pero al mismo tiempo todos son capaces de manipular, mentir y dañar a otros con tal de proteger su secreto o su estatus actual. Y en eso, la denuncia del director Pablo Larraín no es nada sutil: la Iglesia puede estar muy dividida en ciertos aspectos, pero es muy unida si se trata de cubrirse las espaldas.

El Club es un drama intenso, que maneja un ritmo muy fluido que sabe cuándo acrecentar el suspenso y cuándo relajar el ambiente con unos toques de sarcasmo. Quizá su único pecado es repetir más de la cuenta ciertos testimonios chocantes, con el fin de magnificar su impacto. Pero su redención está en poner sobre el tapete temas sensibles e incómodos para propiciar una discusión. Porque aquello que se esconde no desaparece, sólo está esperando el momento de ser descubierto (leer la crítica completa en este post de Cinencuentro). Calificación: *** ½.

En mi siguiente post, comentaré las otras películas latinoamericanas que pude ver en el Festival de Lima 2015.

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