Una declaración de amor a Australia

Lo había anunciado en una entrada publicada en mayo: Australia era mi película más esperada del 2008. Mis expectativas eran altísimas por ver el reencuentro de Baz Luhrmann y Nicole Kidman, director y actriz de Moulin Rouge! respectivamente, en una cinta épica de grandes proporciones. El resultado, gracias a Baz, es bastante satisfactorio. 

La historia se ubica en el noreste de Australia, en los inicios de la Segunda Guerra Mundial. Lady Sarah Ashley (Nicole Kidman) es una aristócrata inglesa que ha heredado 2000 cabezas de ganado y que debe trasladarlo a cientos de kilómetros de distancia para prevenir un complot en su contra urdido por un importante magnate ganadero. Un capataz (Hugh Jackman) del cual nunca conocemos su nombre, será su aliado y el motivo de una inevitable atracción. 

Australia es muchas películas en una. Por un lado, es un gran homenaje a otras grandes historias épicas que fusionan un romance apasionado con la tragedia de una guerra, tales como Lo que el viento se llevó o La Reina Africana. Pero más aún, es una contundente declaración de amor al país que da título a la película: desde el rescate de su historia y reivindicación de la población aborigen hasta la forma glamorosa de filmar los preciosos paisajes del desierto, el campo o la playa. La cámara nos invita a enamorarnos de estos escenarios donde cada elemento de la puesta en escena contribuye a crear encuadres de una belleza sobrecogedora. 

Otro tema que Australia impone en medio del romance y el conflicto bélico es el de las Generaciones Robadas. Esto se refiere a la práctica sistemática empleada por el gobierno australiano y las misiones religiosas de llevarse a los niños de herencia aborigen a campamentos donde estuvieran supuestamente “protegidos” pero alejados de sus familias. 
Así, el niño mestizo Nullah (el debutante Brandon Walters) cobra un inesperado protagonismo, al mostrarnos no sólo la problemática de los niños aborígenes, sino el misticismo de sus ancestros. 

Esta es la cuarta película de Baz Luhrmann, después de Strictly Ballroom, Romeo + Julieta y Moulin Rouge! Al igual que en las anteriores, aquí el director australiano se reafirma como un cineasta detallista, capaz de narrar con maestría romances tan apasionados que encienden el écran, así como dueño de un particular estilo visual que acaricia las retinas de los espectadores. 

Tanto Kidman como Jackman se lucen con actuaciones muy bien logradas. Ella logra llevarnos de la antipatía inicial hacia su personaje tan estirado hasta conmovernos profundamente cuando la guerra amenaza con quitarle todo. El personaje de Sarah va mutando y revelando tantas capas que hacia el final deja expuesta toda su vulnerabilidad y entrega hacia su familia. 

Si bien es cierto que la reacción de la crítica especializada en Australia y Estados Unidos ha sido bastante dividida, es probable que Australia no pase desapercibida en la premiación de la Academia, en especial en las categorías de fotografía, dirección artística y vestuario. Aunque no se lleve los premios mayores, sin duda estamos ante una película que merece ser considerada uno de los mejores estrenos del año. Gracias a Baz.

Título original: Australia
País y Año: Australia, Estados Unidos 2008
Director: Baz Luhrmann
Actores: Nicole Kidman, Hugh Jackman, Brandon Walters, David Wenham, entre otros.
Calificación: *** 1/2

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