Climas femeninos y distantes
En la más reciente edición del Festival de Lima, se estrenó la película peruana Climas, la cual muestra tres historias protagonizadas por personajes femeninos: una adolescente de la selva, una mujer adulta de la clase alta limeña y una anciana de la sierra. En esta entrevista, la directora Enrica Pérez nos cuenta el origen de esta ópera prima, nos explica por qué aún no tiene fecha de distribución y comparte cuáles fueron sus películas favoritas del festival.
¿Cómo surgió la idea de contar una historia de tres mujeres en etapas diferentes de su vida?
Venía de hacer un corto llamado Taxista (adaptación de un cuento de Fernando Ampuero), que era bastante masculino, todos los personajes eran hombres. Entonces, para mi primer largometraje decidí por oposición hacer algo diferente: femenino y original, es decir, a partir de una inquietud mía y no una adaptación. Justo en ese momento, estaba viviendo un rollo de identidad bastante fuerte, porque había vivido fuera del Perú 7 años. Empecé a investigar, a viajar y a preguntarme qué tan diferentes somos todos los peruanos. Y luego me fui dando cuenta que los temas que me interesan a mí como mujer son bastante universales: la sexualidad, la entrada a la adolescencia, la fertilidad, la maternidad, el amor de madre, la soledad de la tercera edad.
La primera historia habla sobre el despertar sexual en una adolescente de la selva. ¿Cómo encontraste a la actriz Claudia Ruiz del Castillo?
Con Claudia tuvimos un trabajo muy intenso. Primero hacer el casting fue muy difícil, se presentaron 300 niños. Luego, hicimos una segunda audición para 40 y de ese grupo, formé un taller de actuación para 15 y finalmente quedaron 10, que son los que aparecen en la película. Claudia y Elizabeth Trigoso, quien hace de su mejor amiga, hicieron el casting juntas a pesar de que no se conocían e hicieron una improvisación muy buena. Ya en el taller comprobé que eran las mejores en concentración, disciplina, en todo.
La segunda historia aborda un relato de depresión y pérdida ambientada en Lima. ¿Consideras que el ambiente gris de esta ciudad condiciona el ánimo de los limeños?
Siempre me he cuestionado la importancia del lugar donde te toca vivir, donde naces y donde creces y cómo esa atmósfera te toca. Cómo, por ejemplo, en los países caribeños la gente es tan alegre y abierta. Y en los países más fríos, la gente es más hosca y más trabajadora. En Lima, el cielo gris nos deprime, nos da ganas de quedarnos en casa. Y visualmente, es muy rico. Yo quería jugar bastante con la fotografía en la película y que los climas vayan de la mano con estas historias para comunicarlos visualmente.
La tercera historia muestra a una mujer de la tercera edad que vive en los Andes. ¿Cómo afrontaste el reto de trabajar con María Unocc, una actriz no profesional que no sabe leer?
Fue un reto muy complicado. Yo ignoraba que ella no sabía leer cuando hicimos el casting, pero la había visto en la película Paraíso de Héctor Gálvez, donde interpreta a la mamá del protagonista. Al final, ella tuvo que aprenderse los textos con ayuda de su hija. Lo lindo de María es que es muy inteligente, entendía muy bien las escenas y lo que era hacer una película. Además, tiene ángel y unos ojos que comunican mucho.
Las tres historias tienen como telón de fondo las elecciones presidenciales de 2006. ¿Por qué decidiste enmarcarlas en ese contexto?
Presenté el guion en distintos talleres y mercados cinematográficos y siempre me pedían que englobara las tres historias o que las mezcle. Yo siempre peleé porque estas tres historias nunca se conectaran narrativamente, porque esa es la metáfora de la película, trata sobre la desconexión y la división que uno tiene con el otro. Lo que sí me preocupaba es que mucha gente no entendía que las tres historias sucedían en el Perú en un determinado momento, había gente que pensaba que la parte de la sierra sucedía hace 100 años o que el fragmento de la selva transcurría en Brasil. Entonces, decidí poner como telón de fondo la elección de Humala, no con un afán político, sino para saber que las tres historias ocurren una detrás de la otra en el mismo país.
Las tres funciones de Climas en el Festival de Lima fueron a sala llena. ¿Cómo evalúas el recibimiento del público?
Estamos felices. Sentí bastante calor y emoción de la gente. Algunos espectadores salían emocionados, incluso llorando. Eso para mí es un regalo. Es una película tan chiquitita, es el underdog del festival. No tenemos mucha plata ahora, ni tenemos distribución confirmada. Vamos a participar en otros festivales, pero para mí lo más importante es que guste en Perú.
¿Cuál es el siguiente paso para asegurar el estreno de Climas en las salas de cine?
Ganarnos el fondo de distribución (risas). La Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios (ex Conacine) del Ministerio de Cultura está lanzando cerca de tres convocatorias de distribución al año. Postulamos hace poco y estamos a la espera de los resultados, que se darán en setiembre. Son tres fondos; si nos ganamos alguno de ellos, nos vamos por el estreno.
¿Ya tienes en mente tu siguiente película?
Tengo la idea, pero no quiero saber nada de la cinematografía por ahora (risas). He conversado con muchos amigos jóvenes directores que han hecho su segunda película sintiendo la presión de la gente que siempre les preguntaba por su siguiente proyecto. Lo que sucede es que entras a una vorágine de "Esto es lo que toca hacer" y terminas haciendo algo no por una necesidad personal sino externa a ti. Entonces, yo siento que ahora no tengo esa necesidad personal. Para mí, el cine es un arte, es un regalo hacerlo. No vivo del cine y no pretendo hacerlo. Esta película me ha tomado tanto tiempo y ha sido tanto desgaste que quiero terminarla y distribuirla para poder recién con tranquilidad tomarme el tiempo para escribir el siguiente proyecto.
¿Qué películas de esta edición del Festival de Lima te han gustado más?
¿Cómo surgió la idea de contar una historia de tres mujeres en etapas diferentes de su vida?
Venía de hacer un corto llamado Taxista (adaptación de un cuento de Fernando Ampuero), que era bastante masculino, todos los personajes eran hombres. Entonces, para mi primer largometraje decidí por oposición hacer algo diferente: femenino y original, es decir, a partir de una inquietud mía y no una adaptación. Justo en ese momento, estaba viviendo un rollo de identidad bastante fuerte, porque había vivido fuera del Perú 7 años. Empecé a investigar, a viajar y a preguntarme qué tan diferentes somos todos los peruanos. Y luego me fui dando cuenta que los temas que me interesan a mí como mujer son bastante universales: la sexualidad, la entrada a la adolescencia, la fertilidad, la maternidad, el amor de madre, la soledad de la tercera edad.
La primera historia habla sobre el despertar sexual en una adolescente de la selva. ¿Cómo encontraste a la actriz Claudia Ruiz del Castillo?
Con Claudia tuvimos un trabajo muy intenso. Primero hacer el casting fue muy difícil, se presentaron 300 niños. Luego, hicimos una segunda audición para 40 y de ese grupo, formé un taller de actuación para 15 y finalmente quedaron 10, que son los que aparecen en la película. Claudia y Elizabeth Trigoso, quien hace de su mejor amiga, hicieron el casting juntas a pesar de que no se conocían e hicieron una improvisación muy buena. Ya en el taller comprobé que eran las mejores en concentración, disciplina, en todo.
La segunda historia aborda un relato de depresión y pérdida ambientada en Lima. ¿Consideras que el ambiente gris de esta ciudad condiciona el ánimo de los limeños?
Siempre me he cuestionado la importancia del lugar donde te toca vivir, donde naces y donde creces y cómo esa atmósfera te toca. Cómo, por ejemplo, en los países caribeños la gente es tan alegre y abierta. Y en los países más fríos, la gente es más hosca y más trabajadora. En Lima, el cielo gris nos deprime, nos da ganas de quedarnos en casa. Y visualmente, es muy rico. Yo quería jugar bastante con la fotografía en la película y que los climas vayan de la mano con estas historias para comunicarlos visualmente.
La tercera historia muestra a una mujer de la tercera edad que vive en los Andes. ¿Cómo afrontaste el reto de trabajar con María Unocc, una actriz no profesional que no sabe leer?
Fue un reto muy complicado. Yo ignoraba que ella no sabía leer cuando hicimos el casting, pero la había visto en la película Paraíso de Héctor Gálvez, donde interpreta a la mamá del protagonista. Al final, ella tuvo que aprenderse los textos con ayuda de su hija. Lo lindo de María es que es muy inteligente, entendía muy bien las escenas y lo que era hacer una película. Además, tiene ángel y unos ojos que comunican mucho.
Las tres historias tienen como telón de fondo las elecciones presidenciales de 2006. ¿Por qué decidiste enmarcarlas en ese contexto?
Presenté el guion en distintos talleres y mercados cinematográficos y siempre me pedían que englobara las tres historias o que las mezcle. Yo siempre peleé porque estas tres historias nunca se conectaran narrativamente, porque esa es la metáfora de la película, trata sobre la desconexión y la división que uno tiene con el otro. Lo que sí me preocupaba es que mucha gente no entendía que las tres historias sucedían en el Perú en un determinado momento, había gente que pensaba que la parte de la sierra sucedía hace 100 años o que el fragmento de la selva transcurría en Brasil. Entonces, decidí poner como telón de fondo la elección de Humala, no con un afán político, sino para saber que las tres historias ocurren una detrás de la otra en el mismo país.
Las tres funciones de Climas en el Festival de Lima fueron a sala llena. ¿Cómo evalúas el recibimiento del público?
Estamos felices. Sentí bastante calor y emoción de la gente. Algunos espectadores salían emocionados, incluso llorando. Eso para mí es un regalo. Es una película tan chiquitita, es el underdog del festival. No tenemos mucha plata ahora, ni tenemos distribución confirmada. Vamos a participar en otros festivales, pero para mí lo más importante es que guste en Perú.
¿Cuál es el siguiente paso para asegurar el estreno de Climas en las salas de cine?
Ganarnos el fondo de distribución (risas). La Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios (ex Conacine) del Ministerio de Cultura está lanzando cerca de tres convocatorias de distribución al año. Postulamos hace poco y estamos a la espera de los resultados, que se darán en setiembre. Son tres fondos; si nos ganamos alguno de ellos, nos vamos por el estreno.
¿Ya tienes en mente tu siguiente película?
Tengo la idea, pero no quiero saber nada de la cinematografía por ahora (risas). He conversado con muchos amigos jóvenes directores que han hecho su segunda película sintiendo la presión de la gente que siempre les preguntaba por su siguiente proyecto. Lo que sucede es que entras a una vorágine de "Esto es lo que toca hacer" y terminas haciendo algo no por una necesidad personal sino externa a ti. Entonces, yo siento que ahora no tengo esa necesidad personal. Para mí, el cine es un arte, es un regalo hacerlo. No vivo del cine y no pretendo hacerlo. Esta película me ha tomado tanto tiempo y ha sido tanto desgaste que quiero terminarla y distribuirla para poder recién con tranquilidad tomarme el tiempo para escribir el siguiente proyecto.
¿Qué películas de esta edición del Festival de Lima te han gustado más?
He visto varias y he quedado maravillada con la selección de películas, como la mexicana Güeros, la argentina Refugiado, la cubana Conducta, la japonesa Like Father, Like Son, la peruana NN de Héctor Gálvez, entre otras. Me da pena porque me he perdido varias, pero bueno, así es el festival.
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