Extraños (re)encuentros

Todos somos extraños (All of Us Strangers, Reino Unido 2023) es tanto un drama familiar como una historia de fantasmas y el retrato de una pasión fulminante. En el núcleo de todas sus dimensiones, se encuentra un protagonista marcado por el trauma, la melancolía y la soledad, quien de pronto tiene la posibilidad de enfrentarse a un pasado doloroso para mirarlo de frente y encarar sus miedos.

Adam (Andrew Scott) es un guionista que vive en un gran edificio de Londres que está aparentemente vacío. Una noche toca su puerta el misterioso vecino Henry (Paul Mescal), con quien poco tiempo después inicia una relación. En paralelo, Adam regresa a la casa donde creció y se reencuentra con sus padres, quienes fallecieron en un accidente automovilístico hace 30 años y se ven exactamente de la misma edad que tenían antes de morir.


El director y guionista británico Andrew Haigh realiza una adaptación libre de la novela Strangers de Taichi Yamada, pero la amolda a su particular sensibilidad y a sus intereses como narrador, cambiando por ejemplo la identidad sexual del protagonista. Como en sus películas anteriores 45 Years y Lean on Pete, Haigh explora en Todos somos extraños la complejidad y la efímera intimidad de las relaciones humanas, especialmente cómo se forman, se alteran o se recuperan las conexiones con los seres queridos, sean los padres o la pareja.

Por un lado, la historia de amor entre Adam y Henry transcurre en una atmósfera de envolvente calidez y sensualidad, que también se cubre ocasionalmente de una densa melancolía a medida que ambos comparten sus secretos y revelan detalles de sus respectivos pasados. Paulatinamente, estas dos almas solitarias aprenden a compartir su soledad.

Sin embargo, el mayor impacto emocional se produce en las distintas escenas en las que Adam vuelve a entablar contacto con sus padres fallecidos: la alegría del reencuentro inicial, el ajuste de cuentas con las cosas que nunca se dijeron, la añoranza de los momentos felices y la inevitable sensación de que en cualquier momento esa conexión se puede desvanecer. En ese sentido, la película toca fibras íntimas al tratar de materializar un anhelo que ha tenido cualquier persona que ha perdido a un ser muy querido: ¿qué le diríamos si lo volviéramos a encontrar?


Andrew Scott consigue una actuación notable en el rol de Adam, transmitiendo la curiosidad, la felicidad, el miedo y la incertidumbre que le genera ese doble hallazgo: de un nuevo amor y de los fantasmas de sus progenitores. Por su parte, Claire Foy y Jamie Bell están fantásticos como los padres que regresan de la muerte y tienen cuentas pendientes.

Todos somos extraños tiene más de una conexión interesante con Aftersun (2022), comenzando por la presencia siempre misteriosa de Paul Mescal. Las dos películas británicas examinan la relación del protagonista con sus padres mirando con nostalgia hacia el pasado y tratando de completar algunos vacíos, rescatando en el presente algunas frases que no se dijeron a tiempo. Ambas hacen un uso preciso de la música pop para expresar las emociones de los personajes mejor que cualquier diálogo, especialmente cuando suena “Always on My Mind” de Pet Shop Boys durante una escena navideña. De igual modo, ambos dramas duelen, reconfortan y sanan a la vez.

Calificación: 8/10.

Esta película está disponible en la plataforma de streaming Star+.

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