Batman: Una versión revitalizada y más sombría
Batman (The Batman, Estados Unidos 2022) se rehúsa a enfundarse el gastado traje de otras películas de superhéroes y apuesta por tomar prestados elementos del film noir, el policial y el thriller psicológico para construir una versión revitalizada y más sombría del personaje, más cercana al cine de David Fincher que a las películas anteriores del Caballero de la Noche.
El director Matt Reeves parece haberse inspirado en películas de Fincher como Seven o Zodiac, así como en clásicos del género policial, al reformular a Batman (Robert Pattinson) como un sesudo detective que debe seguir las misteriosas pistas o acertijos de un asesino en serie (Paul Dano) que está sembrando el terror en Ciudad Gótica, al atacar principalmente a corruptos representantes del poder político y gubernamental.
Así como en sus películas anteriores El planeta de los simios: Confrontación y El planeta de los simios: La guerra, Reeves dirige en Batman un tipo de blockbuster más arriesgado y ambicioso, que ofrece interesantes lecturas sobre temas coyunturales como las brechas socioeconómicas al interior de la sociedad y el mal endémico de la corrupción que golpea a las instituciones públicas y genera un enorme descontento social que puede acarrear violentos actos de protesta.
Otro acierto de Reeves y su coguionista Peter Craig es interpelar los privilegios de Bruce Wayne y las bases sobre las cuales su padre Thomas construyó su imperio económico. Dicho de otro modo, la película explora si esa podredumbre moral y falta de escrúpulos que carcome la ciudad no ha llegado también a las raíces del árbol genealógico de Bruce. Y si es así, ¿debe él pagar por los pecados de su padre? ¿O al menos, puede redimirlo de alguna manera?
En el rol protagonista Robert Pattinson compone una versión bastante taciturna y melancólica de Bruce Wayne y Batman, mientras que Paul Dano está escalofriante como el perverso Acertijo y Colin Farrell luce irreconocible, gracias al maquillaje y una voz más grave, como un gánster inspirado en el personaje del Pingüino. Sin embargo, la estrella más brillante del elenco es Zöe Kravitz, quien le da a Selina Kyle /Catwoman una ambigüedad fascinante y unos dilemas morales que la vuelven difícil de encasillar.
La impresionante fotografía de Greig Fraser refuerza la oscuridad inherente al tono sombrío de la película, al llenar todos los encuadres de una iluminación en clave baja, para acentuar las sombras, las penumbras, los peligros latentes que no podemos ver. Destaca el uso recurrente del rojo para iluminar algunas escenas nocturnas y dotarlas de mayor intensidad. Por otro lado, la música de Michael Giacchino tiene las notas precisas para perturbarnos, pero también emocionarnos cuando alguna luz se abre paso tímidamente entre las tinieblas.
Si bien en los dos primeros tercios se profundiza en ese cuestionamiento sobre quiénes son los verdaderos criminales y quiénes son las víctimas en un entorno podrido donde todos parecen ser culpables del caos reinante, el tercer acto resulta un poco más convencional al encaminarse hacia el rutinario enfrentamiento final entre el héroe y el villano, con una explosiva secuencia de acción en la que toda la ciudad está en peligro.
Aunque no supera la alta cumbre alcanzada por Christopher Nolan en The Dark Knight, Matt Reeves consigue de todos modos construir una de las películas más interesantes y provocadoras sobre Batman, al demostrar que es posible darle la vuelta al cine de superhéroes al ensamblar con éxito elementos de otros géneros cinematográficos para vestir una armadura nueva, más pesada y resistente.
Calificación: 7/10.
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