Festival Lima Alterna 2024: Miséricorde
Miséricorde (Francia, 2024) es un envolvente thriller rural con tintes de despiadada comedia negra que analiza cómo se entrelazan el deseo, la represión sexual, el crimen, la culpa, el perdón y el silencio cómplice en un pequeño pueblo francés, en el que todos los personajes se encuentran atrapados en la tensión constante entre aquello que desean y aquello que ocultan.
Jérémie (Félix Kysyl) regresa a Saint-Martial, su pueblo natal, para asistir al funeral de su antiguo jefe, quien tenía una panadería. Luego del velorio, la viuda Martine (Catherine Frot) lo invita a quedarse unos días en su casa, lo que no le causa mucha gracia a su hijo Vincent (Jean-Baptiste Durand). Pronto Jérémie empieza a involucrarse cada vez más no solo en la vida de la familia de Martine y Vincent, sino en la del cura del pueblo (Jacques Develay) y un vecino (David Ayala).
Tal y como ocurría en la magistral El desconocido del lago (L'inconnu du lac, 2013), el director y guionista francés Alain Guiraudie también narra en Miséricorde una historia marcada por el anhelo, la ambigüedad y los impulsos violentos en hombres que sienten atracción por otros hombres. Pero esta vez añade cuestionamientos filosóficos y espirituales para preguntarse si los actos que cometen los personajes son dignos de esa misericordia por la cual Dios perdona los pecados de sus hijos.
Con una encomiable economía de recursos y una astuta dosificación de la información, Guiraudie le rinde homenaje a Alfred Hitchcock al hilvanar sin prisas, pero con suma destreza, una serie de sucesos impactantes y perturbadores, que hacen que el suspenso se expanda como un globo que amenaza con reventar en cualquier momento. También recuerda al cine de Luis Buñuel, por la irreverencia y el sarcasmo con los que el guion retrata las pasiones ocultas de la burguesía y la hipocresía del clero.
En el rol protagonista, Félix Kysyl logra una acertada personificación que oscila entre la inocencia y la perversión, entre ser una presa indefensa y un cazador inescrupuloso. Asimismo, destacan Catherine Frot como la afligida viuda Martine y Jacques Develay como un sacerdote que sabe manejar los secretos propios y ajenos como si fueran bienes preciados con los cuales puede hacer transacciones.
Como un hongo que parece inofensivo y que se ve muy provocador, pero resulta ser venenoso, el protagonista Jérémie despierta pasiones, odios, sospechas y deseos ocultos en los distintos personajes del pueblo y termina por convertirse en una presencia que los inquieta y al mismo tiempo los encandila. El mismo efecto produce la fascinante Miséricorde en los espectadores.
Calificación: 8/10.
Jérémie (Félix Kysyl) regresa a Saint-Martial, su pueblo natal, para asistir al funeral de su antiguo jefe, quien tenía una panadería. Luego del velorio, la viuda Martine (Catherine Frot) lo invita a quedarse unos días en su casa, lo que no le causa mucha gracia a su hijo Vincent (Jean-Baptiste Durand). Pronto Jérémie empieza a involucrarse cada vez más no solo en la vida de la familia de Martine y Vincent, sino en la del cura del pueblo (Jacques Develay) y un vecino (David Ayala).
Con una encomiable economía de recursos y una astuta dosificación de la información, Guiraudie le rinde homenaje a Alfred Hitchcock al hilvanar sin prisas, pero con suma destreza, una serie de sucesos impactantes y perturbadores, que hacen que el suspenso se expanda como un globo que amenaza con reventar en cualquier momento. También recuerda al cine de Luis Buñuel, por la irreverencia y el sarcasmo con los que el guion retrata las pasiones ocultas de la burguesía y la hipocresía del clero.
Como un hongo que parece inofensivo y que se ve muy provocador, pero resulta ser venenoso, el protagonista Jérémie despierta pasiones, odios, sospechas y deseos ocultos en los distintos personajes del pueblo y termina por convertirse en una presencia que los inquieta y al mismo tiempo los encandila. El mismo efecto produce la fascinante Miséricorde en los espectadores.
Calificación: 8/10.
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