Orgullo y juicio

Comparto mis críticas de dos estrenos recientes: el musical Guasón 2: Folie à Deux (cartelera) y el documental Will y Harper (Netflix).


La balada triste del payaso

Guasón 2: Folie à Deux (Joker: Folie à Deux, Estados Unidos, 2024) es una secuela que, si bien regresa sobre algunos hechos de la primera película a nivel narrativo, también se aleja radicalmente de ella a nivel formal, disparando al mismo tiempo en muchas direcciones y amalgamando varios géneros cinematográficos: es un musical, un romance, un drama carcelario y un drama judicial. Pero el potencial de esa mezcla, que podría haber sido explosiva, queda desaprovechado, dejando como resultado una película desconcertante y audaz, pero también desarticulada y decepcionante.

Después de los eventos de la película Joker (2019), Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) ha sido internado en Arkham, mientras espera un juicio por los asesinatos que cometió bajo su alter ego del Guasón. Mientras Arthur se reúne con su abogada Maryanne Stewart (Catherine Keener) para preparar su defensa ante el inminente proceso judicial, también conoce a la enigmática Lee Quinzel (Lady Gaga) y se enamora de ella.

Aunque el director Todd Phillips ha negado hasta el cansancio que esta película sea un musical, se trata de una afirmación sin sustento, pues la narración está estructurada a partir de varias secuencias musicales en las que los protagonistas cantan, bailan y expresan sus emociones y estados de ánimos a través de la letra de esas canciones, dando pie a coloridas fantasías a través de las cuales escapan de su desoladora realidad. Se trata de un musical jukebox, en el que los actores interpretan canciones previamente existentes y muy conocidas, como “Get Happy” o “For Once in My Life”.

Por un lado, es digno de reconocimiento que Phillips haya querido arriesgarse yendo en una dirección completamente distinta a la película original y que haya querido cambiar de registro y de géneros cinematográficos, lo cual es toda una rareza en el cine basado en personajes de cómics. Sin embargo, el problema de fondo es que su apuesta, por más audaz que sea, no fluye de forma orgánica, porque si bien los segmentos de drama carcelario o los de drama judicial o los de musical podrían funcionar por separado, se notan desencajados al unirlos. No se logra una transición fluida de un género a otro, ni resulta creíble que formen parte de la misma película, por lo que deja la sensación de estar viendo retazos de películas distintas parchados en un solo montaje arbitrario.

Lo más rescatable de Guasón 2: Folie à Deux es un atractivo cortometraje de animación en el prólogo y un par de secuencias musicales que son filmadas con ciertos arrebatos de inspiración, sobre todo gracias a la entrega y la presencia escénica de Lady Gaga. Aunque ella no termina de convencerme del todo como actriz, no se puede negar que cuando canta y se apodera del escenario, tiene una fuerza interpretativa que le sube el pulso a una película que, en varios momentos, está cerca de hundirse en el tedio y la inercia.

Calificación: 5/10.


Viaje de reconocimiento

Will y Harper (Will & Harper, Estados Unidos, 2024) es un cálido, conmovedor y divertido documental sobre dos amigos que se reencuentran luego de un tiempo sin verse: el actor Will Ferrell y la guionista Harper Steele, quien acaba de salir del closet como una mujer trans. Al mismo tiempo, es una road movie, en la que ambos amigos atraviesan los Estados Unidos desde la Costa Este hasta la Costa Oeste, pero también atraviesan el proceso de (re)conocerse en una nueva etapa, mientras Harper le presenta al mundo su verdadera identidad.

El director Josh Greenbaum (el mismo de la divertida comedia Barb & Star Go to Vista Del Mar) filma con gran sensibilidad y sentido del humor la travesía de Will y Harper, quienes son amigos desde hace muchos, cuando se conocieron en los estudios de filmación del programa de TV Saturday Night Live, en el que Will era una estrella y Harper era guionista. En el presente, ellos retoman el contacto luego de que Harper, a los 61 años, le ha revelado a Will a través de un e-mail que ahora es una mujer trans. Entonces, Will le asegura que tiene su apoyo incondicional y le propone irse juntos de viaje por todo el país.

La película navega con empatía y franqueza por ese viaje tan difícil que ha hecho Harper para descubrir quién es ella en realidad y resetear su vida, presentándose ante sus amigos y conocidos como una mujer trans que por fin se siente cómoda en su propia piel y se ha liberado de algunas ataduras que la aprisionaban, pero no de ciertos temores y de algunas miradas prejuiciosas de los demás.

A través de conversaciones honestas que ocurren dentro del auto en el que viajan Will y Harper, o en cafeterías y bares que encuentran en el camino, el documental permite que nos acerquemos a la vida cotidiana de esta mujer trans, a sus pensamientos, a su forma de ver el mundo y a los temores que le genera enfrentarse a los discursos de odio de muchos desconocidos en las redes sociales y en el mundo real, como ocurre luego de un incidente en el que los protagonistas van a cenar a un concurrido restaurante en Texas.

Es de esperar que una película que sigue de cerca a Will Ferrell muestre su inagotable habilidad para crear humor a partir de cualquier situación, pero lo más sorprendente está en conocer facetas nuevas del hombre detrás del actor cómico: su empatía, su vulnerabilidad, su mirada humanista. En tanto, la arrebatadora franqueza y la admirable resiliencia de Harper contribuyen a desmontar muchos de los prejuicios que las personas cis podemos tener sobre las personas trans. Finalmente, como en toda road movie, Will y Harper emprenden un viaje que no es solo físico, sino que también viajan al interior de sus emociones, para explorar sus anhelos, sus más profundos temores o sus más sinceros afectos, como esa amistad entrañable que los une.

Calificación: 8/10.

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